Pirlo, el día que Gattuso quiso clavarle un tenedor


Resultado de imagen para pirlo y gattuso

En su biografía, el astro italiano contó algunas de las locuras del áspero volante, que era víctima de las bromas en la concentración.

Por Andrea Pirlo:Mi cara, con semblante serio, no deja ver lo que estoy pensando, pero ahí reside la grandeza. Puedo inventarme las historias más locas o decir las tonterías más grandes de la historia y mis compañeros de equipo me creerían. Me río por dentro y ya planeo la siguiente broma. Sin embargo, esto me ha costado algún susto, sobretodo si Rino Gattuso estaba cerca.Al no ser un hombre de letras ni un gran orador, cada vez que Rino abría la boca el vestuaría se convertía en el ‘Carnaval de Rino’. La gente empezaba a vitorear, imitar sonidos de trompetas, hacer la conga… Siempre lo mismo, nunca le dejábamos terminar. Solía llamarle terrone (término despectivo del sur de Italia).En una ocasión, cogí su teléfono móvil y escribí a Ariedo Braida, nuestro director técnico. Como yo, ‘Rino de Janeiro’ estaba cerca de renovar, así que me encargué de la negociación: «Estimado Ariedo, si me das lo que quiero, puedes tener a mi hermana». Rino me descubrió y casi me mata antes de llamar a Ariedo: «Sólo es una broma estúpida de Pirlo», dijo. Siempre me pregunté si la respuesta fue «que pena».En las concentraciones de Italia, Daniele De Rossi siempre se escondía debajo de su cama y esperaba. Podía estar hasta media hora. Gattuso entraba, se lavaba los dientes, se ponía su pijama de leopardo, leía un poco y miraba algunas fotos. Justo cuando estaba a punto de caer rendido, Daniele se levantaba mientras yo salía de mi escondite en el armario. Rino siempre se lo tomó bien, a pesar de estar cerca de un infarto. Le pegaba a él y luego a mi, para demostrar que también sabía cómo tratarnos.Resultado de imagen para pirlo y gattusoEn otra ocasión, le dimos un baño con un extintor. El empate ante Irlanda a domicilio fue suficiente para clasificarnos para el Mundial 2010, de modo que el partido ante Chipre era casi un amistoso y así nos lo tomamos realmente. Lippi nos dio la noche libre en Florencia y casi todos fuimos a cenar, pero Gatusso no. Estábamos borrachos y nos quedamos en el salón hablando un rato. No estábamos cansados así que necesitábamos alguna distracción; todos pensamos igual, «vamos a joder a Gattuso».Estaba casi dormido. Al pasar por el pasillo, De Rossi vio un extintor y tuvo una gran idea. Al picar a la puerta, Rino salió y Daniele empezó a rociarle con el extintor de arriba a abajo, antes de salir corriendo a esconderse a su habitación.Me dejó a merced de ese monstruo enfurecido en calzoncillos, gritando a todo el mundo en un estado de ira. Intenté huir pero era imposible. Si Gattuso enfurecido te persigue, puedes correr lo que quieras pero siempre te alcanzará. Así fue, y me dio todo su repertorio de bofetadas.Gattuso era supersticioso también. En el Mundial 2006, como las cosas iban bien, no se cambió el chándal en un mes. 40 grados en Alemania y él vestido casi como un buzo. A partir de cuartos de final, la cosa empezaba a oler. Con extintor o sin él, el olor no se iría.Gattuso cogía el tenedor e intentaba clavárnoslo. Algunos nos perdimos partidos por sus ataques»Rino siempre fue mi víctima favorita, a pesar de que estuvo a punto de matarme con un tenedor. Durante las comidas en Milanello, inventamos mil maneras de atormentarle. Cuando conjugaba mal algún verbo (casi siempre), enseguida se lo decíamos e incluso cuando lo hacía bien le decíamos que no para volverle loco. Ambrosini, Nesta, Inzaghi, Abbiati, Oddo y yo éramos «el grupo de la muerte».“Rino, ¿cómo estás?»“Mal. Nos ganaron ayer. Estaría mejor si ganábamos»»Rino, inténtalo de nuevo. Es: Estaría mejor si hubiéramos ganado»“Es lo mismo»“No exactamente, Rino»“Ok pues. Estaría mejor si hubiéramos ganado»“Rino, ¿cómo eres tan ignorante? Estaría mejor si ganábamos»“Pero eso es lo que he dicho antes”“¿El qué, Rino?”“Eso de ganar»“¿El qué, Rino? ¿Puedes repetirlo?”Sabíamos lo que pasaría a continuación, así que todos cogimos los cuchillos para esconderlos. Gattuso cogía entonces un tenedor e intentaba clavárnoslo. En más de una ocasión, acertaba y hundía el tenedor en nuestra piel. Algunos de nosotros se perdió partidos por los ataques de Rino, siendo la explicación oficial del club la de molestias musculares.Nos apartábamos de su camino cuando enloquecía pero cuando se calmaba y se iba a su cuarto, volvíamos a la carga, bloqueando su puerta con sofas.“Dejadme salir. El entreno empieza en breve»“Jódete, terrone.”Entonces se volvía loco y destrozaba todo lo que tenía al alcance. Pero a pesar de sus enfados, era uno de los tipos buenos.Entre otras cosas, he visto también a Rino coger y comerse vivos algunos caracoles por una apuesta. Realmente podría formar parte de una película.*parte de «Pienso primero, luego juego», la biografía de Andrea Pirlo Fuente: Pasión Fútbol




×