El Mundo. El Director.
Hoy leí a Gandhi que una vez dijo: "No se terminará con la explotación del pobre destruyendo a unos cuando millonarios, sino eliminando la ignorancia" esta frase dicha por los cívicos o Prefectos se escucharía como una diatriba al gobierno del MAS, a veces aprendemos mas de las palabras de los hombres sabios que de la doctrina que no acepta cuestionamientos, será por eso que si en la época universitaria participé en el partido socialista nunca fui orgánico, siempre actué por instinto antes que por las decisiones del "partido", mi padre antes de morir me encomendó que ingrese a una estructura masónica que si bien no es secreta es discreta, mi carácter de contar y narrar me hubiera ocasionado alguna tacha por relatar los procedimientos de ingresos a esta tan apreciada organización, mi condición de narrador siempre me trajo problemas, desde chico mis primos me discriminaron por chismoso, en adolecentes nunca tuve la oportunidad de fumar marihuana ni de consumir nada extraño, pues mis compañeros asumían una posición de celibato en estos temas por temor a que los delate con mis maestros o sus padres, siempre digo lo que siento y pienso sin saber que cometo más de alguna imprudencia, si narro mi vida casi todos mis problemas fueron por contador de historias, si no hubiera contado que Luis del Rio era el amo y señor de la banca nunca hubiera tenido juicio alguno, si me hubiera callado del préstamo del millón de dólares a Saguapac no hubiera entrado a la cárcel, si no hubiera contado que algún familiar del General cobró comisión por la compra del avión Beechacraft ( les confieso que debido a mi mala pronunciación de la lengua de Shakespeare nunca pude decir el nombre del afamado avioncito). Durante estos días, viejos amigos de la izquierda y la derecha -que hoy son del ejecutivo- me recomendaron escribir de cualquier cosa menos del NO pero de verdad por más que lo intenté me resultó casi imposible callarme sobre el NO, era como si me pidieran que calle cuando está en peligro no solo la democracia y la libertad sino la esencia del ser humano como objeto y no como sujeto, es como callarme ante la posibilidad de que los ciudadanos pierdan la autoestima y se transformen paulatinamente en seres que deambulan en el paraíso perdido de la utopía que se tragaron el cuento del trompetista mentiroso (se recuerdan del flautista Hamelín) con la diferencia que el trompetista conduce a bolivianos a perecer en los ríos choquellapu, rocha, pirai, grande y otros y el otro flautista llevó ratas a morir en el rio Weser.
Me refugié en mis vacaciones en medio de teatros y libros, mientras más leo más desconfió de los hipócritas demagogos, mientras más releo la historia de América más nos encontramos con caudillos bárbaros que se enloquecen por el poder (líbranos señor de esa tentación).
Leí a Evo algo entre lo inocente y paranoico cuando señaló : "No estamos de paso por el Palacio, hemos llegado al Palacio para toda la vida", y si fuera toda su vida en Londres no nos debería importar pero sucede que su vida está ligada a la nuestra, mientras él esté 40 años en el poder solo quedarán nuestros hijos embargados y pagando una cuenta de una borrachera que no consumimos, es por eso que hoy más que nunca reafirmo mi firme decisión de Votar por el NO, de convertirme en autoritario aunque solo sea por un día para exigirle a mis dos hijas que votarían por primera vez que su voto sea por el NO, y esto ellas lo entenderían mañana cuando yo ya no esté, que mi decisión de imponerme era por construirles una base para la defensa de la democracia y la libertad, si hasta parece paradójico pero les juro que no lo es. Mi voto por el NO es consecuente, de frente, no es fruto de oración sino de decisión, no es consigna sino vocación de gritar por la libertad de decir y de equivocarme incluso, porque nadie es infalible ni perfecto, por eso debemos darnos la oportunidad de reivindicarnos si tal cosa sucede y eso solo nos garantiza que votar por él NO es la única posibilidad de hacerlo, somos hasta hoy una Nación que no lo parece, pero si perdemos esa opción no podremos nunca serlo, no seremos del primer mundo pero el NO en las ánforas no nos cerrará la posibilidad de ser por lo menos dignos.
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Si mañana muriera (solo eso tenemos garantizado todos, que la muerte nos sorprenderá un día cualquiera) de lo único que me lamentaría seria de no haber podido votar por el NO.