El presidente Evo Morales es esencialmente hormonal e intuitivo. Es claro que para adoptar determinaciones no utiliza el “método científico” según aseguran hacer algunos marxistas. Tampoco es muy afecto a acudir a sus asesores bolivianos(porque a los cubanos y venezolanos les presta mas atención), que en muchos casos están ahí solo para hacer bulto y para elogiar las “sabias” determinaciones que toma. Los que lo conocen afirman que es en situaciones de conflicto cuando mejor se puede apreciar su olfato político. En cambio dicen que le cuesta ubicarse cuando hay una cierta normalidad y no existe algo que pueda perturbarlo.
Podría parecer absurdo pero esto nos ayuda a explicar ciertas situaciones y actuaciones que pudiera parecer que se salen de lo racional o se resisten a una explicación lógica. La actividad política de Evo Morales consiste básicamente en la búsqueda permanente de un contrincante que de alguna forma pueda justificar su existencia. Si ese contrincante no existe sencillamente hay que inventarlo. Es así que un día ese enemigo puede ser el imperio (EEUU), otro la “derecha”, los cívicos o, un día cualquiera, la prensa o también la Iglesia.
De esa maniquea clasificación amigo-enemigo no se libran ni las mismas organizaciones sociales ni sus más cercanos colaboradores que saben que pueden pasar con mucha facilidad de una categoría a otra. En la Contraloría dirigida por el siempre solícito masista Gabriel Herbas se han dado a la tarea de desempolvar algunos asuntillos relacionados con informes de viaje y otros gastos realizados por el exportavoz, Alex Contreras que dicen, no han sido adecuadamente justificados.
De Félix Patzi recién descubrieron que cuando era ministro de Educación usó fondos sindicales para adquirir computadoras y además, con un sobreprecio. No queremos pensar que se trate de represalias de parte de Evo no solo contra sus tradicionales adversarios como los gobernadores de Tarija, Beni y Santa Cruz o el exalcalde potosino sino también contra sus antiguos aliados pero parece que no quiere que exista duda alguna acerca de quien es el que manda.
Ponen sus barbas en remojo
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Alerta total en el palacio de Gobierno. Los rumores sobre un inminente cambio en el gabinete hasta fin de año, han puesto muy nerviosos a los ministros al punto que a uno de ellos se le ocurrió decir que los militares bolivianos podían viajar a Estados Unidos para capacitarse. Cuentan que la ocurrencia del ministro de Defensa, Rubén Saavedra, estuvo a punto de causar un patatus a Evo Morales quien si no dispuso su cambio inmediato, se debió a la reunión que se inició este lunes en Santa Cruz.
Pero Saavedra no es el único que está en la mira y los dedos apuntan también a la ministra de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo y de Desarrollo Productivo, Antonia Rodríguez quienes han mostrado que no tienen la menor idea de cómo parar el alza de los precios de los artículos de primera necesidad y tampoco evidenciaron mucha imaginación a la hora de intentar buscar alguna justificación medianamente sensata.
También hay otros que están haciendo filigranas para evitar caer en desgracia y pasar a formar parte de los que no existen, porque saben muy bien lo que eso significa. Es muy difícil acostumbrarse nuevamente al anonimato y a andar sin carro de lujo y guardaespaldas.