Ninguno de los 14 testigos de la ejecución lamentó la suerte de su ex presidente: un guardia "lo mandó al infierno" y mientras moría dos oficiales "le sacaron abiertamente fotos con el celular" dicen los cables divulgados por el sitio web.
Uno de los miles de cables de la diplomacia norteamericana divulgados por Wikileaks revela los últimos instantes del ex presidente iraquí, Saddam Hussein, antes de morir en la horca, el 15 de enero de 2007.
Ya se sabía que en sus últimos momentos Hussein había pedido a sus compatriotas "permanecer unidos" y dedicó un insulto a Irán, pero en el cable reservado del embajador en Bagdad hay detalles que no se conocían sobre sus duros segundos finales.
Según el cable del embajador Zalmay Khalilzad, ninguno de los 14 testigos de la ejecución lamentó la suerte de su ex presidente: un guardia "lo mandó al infierno" y mientras moría dos oficiales "le sacaron abiertamente fotos con el celular".
El cable contiene los detalles que el fiscal Monqith al Faroun dio al embajador Khalilzad sobre los últimos instantes de Hussein, quien "subió a la horca con el Corán en sus manos" y habló por última vez "como si fuera aún el presidente".
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El ex presidente le dijo al secretario de Seguridad Nacional, Moaffaq al Rubaie,que no tenía miedo "porque había previsto este momento desde que había llegado al poder, ya que sabía que tenía muchos enemigos".
Como tenía dificultades para subir los escalones que lo conducían al patíbulo, Saddam pidió ayuda a un guardia que "lo mandó al infierno", agrega la información, y luego rechazó una capucha que le ofrecieron para cubrirse.
Hussein "rezó" antes de ser colgado, y las últimas palabras que escuchó deben haber sido muy duras para él: "Muqtadea al Sadr", el nombre de su gran enemigo, que le gritó varias veces uno de los testigos de su ejecución.
La Tercera / ANSA