Jennifer Riordan era una ejecutiva y filantropa de 43 años que falleció de manera trágica luego que la turbina del avión en el que viajaba explotó
Autoridades aeronáuticas estadounidenses confirmaron que trozos de metal y otros materiales que impactaron en la cabeza, cuello y el torso de Jennifer Riordan fueron la causa de su muerte, luego que el martes la turbina de un avión de Southwest Airlines explotara en pleno vuelo.
Riordan, una ejecutiva y filantropa de 43 años proveniente de Albuquerque, Nuevo México, fue succionada fuera del avión por la explosión de la turbina que reventó la ventana a su lado.
La enfermera jubilada Peggy Phillips estaba sentada junto a Riordan cuando ocurrió el accidente y fue una de las tres personas que ayudaron a ingresarla de vuelta en el fuselaje para reanimarla inmediatamente.
Las autoridades federales investigan si un desperfecto en la ventanilla hizo que esta se saliera del avión.
La investigación sobre la falla en el motor se está enfocando en si la erosión prematura del metal causó que una aspa interna se rompiera, desencadenando una catastrófica cadena de eventos que provocó la muerte de la pasajera.
Fue el primer deceso de un pasajero en una aerolínea estadounidense desde 2009.
A partir de los hallazgos iniciales de los investigadores, el accidente parece notablemente similar a una falla en otro avión de Southwest hace dos años. Ese hecho llevó al fabricante del motor y a los reguladores a presionar para que se realizaran inspecciones ultrasónicas de las aspas de los ventiladores de los motores como la que voló en pedazos el martes a 32.500 pies de altitud sobre Pensilvania.
Cuando los investigadores de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) examinaron el motor averiado en Filadelfia unas horas después de que aterrizara de emergencia, inmediatamente vieron que faltaba una de las 24 aspas del ventilador del motor izquierdo.
«Esta aspa de ventilador se rompió justo en el eje y nuestro examen preliminar de esto fue que hay evidencia de merma del metal donde se separó«, dijo el presidente de la NTSB, Robert Sumwalt.
El debilitamiento del metal se debe al uso repetido e implica grietas microscópicas. Se puede presentar en aspas de ventiladores, la capa de aluminio en la mayoría de los aviones y en otras partes metálicas de las aeronaves.
Los investigadores se centrarán en si la aspa se rompió a velocidad de crucero -alrededor de 500 millas por hora-, desatando una falla «incontenible» del motor que hizo que los escombros volaran como metralla contra el avión, donde rompió una ventanilla.
La piloto Tammie Jo Shults del avión, un Boeing 737 de dos motores que viajaba de Nueva York a Dallas con 149 personas a bordo, hizo un viraje rápido y aterrizó de emergencia en Filadelfia poco antes del mediodía, mientras los pasajeros respiraban a través de las mascarillas de oxígeno de la nave y se preparaban para un posible impacto.
Con información de AP
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Fuente: infobae.com