“Lo que no se aprende con amor, se aprende con dolor”, dice un viejo refrán que lamentablemente muy pocos recuerdan. Y eso es precisamente lo que ha ocurrido en los últimos tres años en Argentina, donde el presidente Mauricio Macri ha estado tratando de suavizar el aterrizaje forzoso obligado por el desastre que dejaron los 12 años de populismo kirchnerista. En el país vecino se cumplió perfectamente lo que ocurre con los gobiernos socialistas, que se alejan del poder cuando se acaba la plata para repartir y dejan los platos sucios para que los lave otro. Macri cometió el error de no decirle la verdad a la gente, que el país estaba en ruinas y que ya no había recursos para seguir malcriando a las masas, como hacen los demagogos, cuyo único objetivo es conservar el poder manteniendo a la gente con la mano extendida. Ahora la población le da la espalda a Macri pensando que en 2019 vendrá otro a seguir con los mimos. Ese factor no forma parte de la ecuación, pues ahora corresponde aprender con dolor.
Fuente: eldia.com.bo