Crítica. Dicen que algunas autoridades están alejadas de las bases. Entre ellos mencionaron a la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo; a la de Salud, Nila Heredia; al titular de Gobierno, Sacha Llorenti, y al de Hacienda, Luis Arce.
El Presidente se reunió el 24 de septiembre con su gabinete en su residencia. Foto: Archivo
La Razón
A un año de la segunda gestión de Gobierno del presidente Evo Morales, los sectores sociales volvieron a reclamar mayor protagonismo en las decisiones gubernamentales, expresaron su preocupación por haber sido desplazados y observaron el trabajo de al menos cuatro ministros.
El pronunciamiento se produjo en momentos en que a nivel del oficialismo comenzaron a circular versiones sobre un presunto cambio de fichas en el gabinete ministerial, que se daría a principios del nuevo año.
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Para los dirigentes de los sectores sociales, el gabinete en general tuvo un buen desempeño, aunque consideran que algunos de sus componentes no cumplieron a cabalidad con los objetivos del denominado proceso de cambio. Entre ellos mencionaron a la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo; a la de Salud, Nila Heredia; al titular de Gobierno, Sacha Llorenti, y al de Hacienda, Luis Arce Catacora.
CRÍTICAS. Por ejemplo, el dirigente de la Federación de Campesinos Túpac Katari Roberto Coraite dijo que si bien mantienen su respaldo al proceso de transformaciones que encabeza Morales, consideran que se han registrado fisuras en la relación entre los campesinos de La Paz y el Ejecutivo, fundamentalmente debido a que el entorno presidencial no ha sabido transmitir sus demandas.
Puso como ejemplo el caso del proyecto de Ley de la Década Productiva Campesina, que es una de las principales aspiraciones de su sector y que ha quedado postergado en su tratamiento debido a una “mala gestión” de la ministra Achacollo.
Recordó además que a mediados de año los campesinos hicieron una evaluación del desempeño del gabinete en la que identificaron ministros que deberían ser sustituidos, demanda que sin embargo el Presidente no tomó en cuenta. Para el dirigente, estos hechos muestran que las bases siguen marginadas de las decisiones gubernamentales. “La línea de coordinación gubernamental debería ser con los representantes de las organizaciones sociales”.
Otro sector disconforme con el trabajo de Achacollo es el de los cocaleros. El secretario ejecutivo de la Federación del Trópico Cochabambino, Mario Castillo, dijo que “uno de los reclamos constantes” de sus bases es sobre el trabajo de esta autoridad “porque no obedece a las organizaciones sociales”. No obstante, dijo que esperan que haya una mejora en el desempeño del gabinete.
Idelfonso Canaza, Mallku de Tierra y Territorio del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu, dijo que el problema está en que el entorno del Presidente “no conoce la realidad de los pueblos indígenas originarios” y coincidió en criticar el desempeño de Achacollo.
Para el dirigente de la Asamblea del Pueblo Guaraní, Celso Padilla, los ministros que debieran ser cambiados son Llorenti y Heredia.
“Lo que nosotros hemos notado es que él (Llorenti) siempre ha llamado a una confrontación y la verdad es que eso es muy negativo y eso afecta a este proceso. Yo creo que él tiene que ser un ministro muy diplomático”, declaró ayer a Erbol.
Sobre Heredia, señaló que “no tiene capacidad de involucrarse fácilmente con los sectores sociales”.
El dirigente de la Central Obrera Boliviana, Nicanor Baltazar, dijo que el ente matriz de los trabajadores tiene discrepancias con el ministro Arce Catacora, en temas de la Ley del Trabajo. También reclamó mayor protagonismo para los sectores.
DETALLES SOBRE EL GABINETE
El gabinete ministerial está compuesto por 10 hombres y 10 mujeres, y su desempeño es evaluado anualmente por los sectores sociales. No obstante, su composición es atribución exclusiva del Presidente de la República.
Los sectores terminan cediendo
Los movimientos sociales en teoría son la esencia del proceso de cambio, su rol desde la perspectiva política, social e ideológica es la que sustenta el discurso del presidente Evo Morales, por ende deberían ser los operadores reales del proceso de transformación, pero esto no pareciera ser del todo verdadero en el plano real.
Aparentemente, los movimientos sociales han mostrado su disconformidad porque no son en la medida que quisieran una parte activa en la toma de decisiones estructurales; el entorno del Presidente pareciera estar más bien conformado por intelectuales y profesionales de clase media que en realidad no traducen la esencia misma de las luchas históricas de los movimientos sociales, por eso las pugnas internas son una constante propia de la lucha por el poder, entre los que reclaman su espacio legítimo por su esencia y origen, y los operadores verdaderos.
Las organizaciones sociales son muy diferentes entre sí, exigen sus demandas de manera sectorial y no en conjunto, generalmente no actúan en bloque; sin embargo en lo que todos parecieran coincidir es que el liderazgo del Presidente es indiscutible e intocable, porque Evo Morales es parte de ellos mismos y a pesar de que sus exigencias no son atendidas como quisieran, terminan cediendo para no poner en riesgo el liderazgo de la figura de Morales que daría como resultado su propio debilitamiento.
Franklin Pareja
es politólogo.