Presidente “metepata”


Está comprobado que Evo Morales no es una persona a la que se le pueda hacer alguna confidencia o algún comentario ni en broma. Es seguro de que jamás resistirá la tentación de hacerlos públicos si es que considera que puede resultar favorable a su interes.

imageLos Presidentes de Uruguay, Paraguay y Bolivia se reunieron el 17 de diciembre en el marco de URUPABOL. Foto Abi

De esto puede dar crédito el canciller paraguayo Héctor Lacognata, quien en una charla informal en el marco de la reciente cumbre del Mercosur, habría revelado que sufría de diabetes y bromeó con que estaba enterado de las “bondades” de la coca para aliviar este mal. No fue más, sin el menor tino diplomático Evo amplificó el asunto al decir que el canciller “importaba” hojas de coca por valija diplomática y lo hizo con el único afán de sustentar su plan de industrialización de la hoja atribuyéndole poderes poco menos que milagrosos para “curar” cualquier enfermedad.



Muchos se preguntan si esta es una de las causas por las que en el último tiempo Evo es eludido en las reuniones y varios prefieren mantener prudente distancia. Es evidente que la sutileza no es una de sus virtudes y seguramente en adelante sus colegas mandatarios tendrán mucho cuidado al abrir la boca si esta cerca la oreja del indiscreto presidente boliviano.

No da pie con bola

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Los últimos días no han sido los mejores en el ámbito internacional para Evo Morales que ha debido soportar algunos traspiés que lo han puesto de muy mal humor. El peor de ellos fue el sufrido en Cancún donde vio esfumarse sus ilusiones de ser reconocido como el “salvador de la madre tierra”. Pero sus tropiezos no se producen solo a nivel internacional, en el contexto interno, el gobierno no está logrando ocultar la inflación porque la propaganda oficial no alcanza para llenar el alicaído bolsillo del pueblo boliviano.

La evaluación del comportamiento de la economía no es muy favorable y la situación ya no puede ser disimulado con la simple mención de las reservas internacionales. La elevación de precios es tan evidente que los funcionarios gubernamentales ya no saben a que apelar para explicarlo y no les sirve ni el recurrir a Dios al cual acuden cuando les aprieta el zapato.

A tal punto se ha llegado que se está estudiando una elevación en el precio de los carburantes, una medida que como se sabe nunca es muy popular y cualquier gobierno evita aplicarla pero parece que el MAS lo hará obligado por las circunstancias.