Beatriz Gutiérrez Müller, la mujer del nuevo presidente de México no quiere ser primera dama


El cambio en Los Pinos, la residencia presidencial, comienza por esta periodista y escritora, interlocutora de su marido con grupos tradicionalmente alejados de la izquierda.

López Obrador y Beatriz Gutiérrez Müller en la plaza del Zócalo celebrando la victoria presidencial.

Dicen que es «la voz más crítica de la campaña». Periodista, escritora y académica  Beatriz Gutiérrez Müller tiene 49 años y desde hace 12 está casada con el nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con el que tiene un hijo, Jesús Ernesto. Se conocieron en 2005. Él había enviudado hacía dos años de Rocío Beltrán Medina, su esposa durante más de dos décadas que falleció a los 46 años de una enfermedad crónica. Tenían tres hijos.Cuando Beatriz Gutiérrez Müller conoció al que se convertiría poco después en su marido ella tenía 37 años y él 53. López Obrador ya era político. Lo era desde 1970. En 2005 él era alcalde de Ciudad de México.Ella vivió con él las dos grandes derrotas presidenciales de López Obrador, la primera en 2006 y la segunda en 2012. Ya entonces era una atípica mujer para un político. En sus primeras declaraciones, la aún novia del alcalde de Ciudad de México dijo a la revista Quién. «Si Andrés gana o no me da igual». Ya se intuía lo que en estos meses se ha confirmado, Beatriz Gutiérrez Müller tiene su propia hoja de ruta. En la campaña actual volvió a sorprender con este tipo de declaraciones: «Si pierde mi marido se retira y si no… yo voy a pensar en el día dos. Pero pase lo que pase es la última campaña, último debate. Para mí es un descanso», declaró a Univision.En México, entre algunas élites intelectuales y ciertos sectores de la juventud y de la clase humilde, existió en 2006 y en 2012 la esperanza de que López Obrador, el candidato de la izquierda, pudiera desbancar al sempiterno PRI y a su ganador contrincante, el derechista PAN, pero nunca ocurría. Hasta ayer cuando el candidato de la coalición Morena logró el 53% de los votos, el mayor apoyo a un presidente en la historia del país.Apodado MALO (un cambio de las iniciales de su nombre y apellidos, que forman el acrónimo AMLO) por sus contrincantes políticos, la clase pudiente y conservadora mexicana temía su victoria, pero la corrupción y el aumento de la violencia en los últimos años en México han inclinado la balanza en su favor.El parlamento cambiará de hechuras, y en consecuencia lo hará Los Pinos, la residencia del presidente y la primera dama de México, pues Beatriz Gutiérrez Müller no desea serlo: “no hay mujeres de primera ni de segunda, decir primera dama es algo clasista”, dijo el pasado mes de mayo en un evento de la campaña presidencial.

La mujer de López Obrador le acompañó en la campaña presidencial, pero siempre en una posición discreta.

La constitución mexicana no recoge la figura de primer dama pero, aunque legalmente no está contemplada, siempre ha existido de facto. Sin embargo Beatriz Gutiérrez Müller no asumirá este puesto como un cargo público. Como explicó, a ella nadie le ha votado, “el poder del presidente es unipersonal, tú votas a un candidato para que se convierta en presidente”.Le gustaría, por tanto, que la llamen “Beatriz, nada más” porque considera que los tiempos han cambiado y que “aquella mujer benefactora de los años 40 que repartía a los niños pobres era muy bonita pero ya cambió este país”.Hija de una mujer de origen chileno y ascendencia alemana y un mexicano, Gutiérrez Müller nació en Ciudad de México pero se crió entre Morelia y Puebla. Allí estudió comunicación. Durante años ejerció su profesión de periodista en medios de tirada nacional como El Universal. Tras realizar otros trabajos en el sector de la comunicación conoció a López Obrador. En 2006, tras las polémicas elecciones que ganó Vicente Fox por el PAN, López Obrador y Beatriz Gutiérrez Müller se casaron. Meses después nació su hijo Jesús Ernesto. Ella siempre ha sido una mujer de perfil bajo en la política, como explicaban en un artículo que le dedicaron en Animal Político allá por 2011. Ella siempre mantuvo su profesión, escribió libros, fue profesora… En 2013 se doctoró en teoría literaria con la presencia de su marido, que acababa de ser derrotado en las urnas. “Mis alumnos me llaman maestra”, dijo recientemente refiriéndose de nuevo al apelativo con el que prefiere que la llamen.

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Sin embargo, y a pesar de que reniega de ese papel institucional y algo contemplativo de la primera dama mexicana, Gutiérrez Müller ha realizado su propia campaña en paralelo a la de su marido. Según recogen medios mexicanos la mujer de López Obrador se ha prestado como filtro para propiciar un acercamiento entre empresarias, mujeres de empresarios y gentes de la cultura que habitualmente no han tenido estrecha relación con la izquierda a la que representa el nuevo presidente. Ella les trasladó durante estos meses su proyecto político.

Todos estos encuentros y esta acción Gutiérrez Müller la desarrolla en la sombra, en el perfil bajo con el que se siente cómoda e identificada y que se aleja de la pompa tradicional de la mujer del presidente de México.Fuente: revistavanityfair.es