La presidenta electa brasileña Dilma Rousseff, quien encara la inflación más alta en 23 meses y un creciente déficit fiscal, no ha logrado convencer a los inversionistas de que puede igualar el desempeño de su mentor Luiz Inácio Lula da Silva en lo que se refiere a fomentar el crecimiento económico.
El índice Bovespa de las acciones más negociadas ha caído un 2.4 por ciento desde que se eligió a Rousseff la primera presidenta de Brasil el 31 de octubre, al tiempo que los operadores aumentan las apuestas a que el banco central subirá las tasas de interés el año entrante para contener los precios al consumidor. El índice subió un 0.5 por ciento este año, en camino al peor desempeño anual hasta la fecha al medírselo contra el índice MSCI de los mercados emergentes, que ha subido un 15 por ciento.
Para alcanzar su meta de bajar unas tasas de interés reales que son las segundas más altas del mundo después de las de Croacia, Rousseff tendrá que frenar el gasto federal, que ha subido un 25 por ciento este año y que contribuyó a que la economía registrara un crecimiento calculado en un 7.3 por ciento, el mayor en veinte años. Ella heredará de Lula la moneda más sobrevalorada del mundo, según Goldman Sachs Group Inc., y un déficit récord de cuenta corriente de $49,000 millones.
"El trabajo fácil ha terminado; lo que queda por hacer es el trabajo difícil», dijo Eric Conrads, quien colabora en la administración de una cartera de acciones de mercados emergentes, incluso de Brasil, de $12,000 millones en ING Investment Management en Nueva York. "Ella tiene que establecer un equilibrio entre la moneda fuerte, la situación fiscal y el déficit de cuenta corriente sin matar la economía».
El rendimiento de los contratos de futuros de tasas de interés que vencerán en enero del 2014 ha subido 54 puntos básicos a un 12.21 por ciento desde la elección de Rousseff, al aumentar los operadores las apuestas a que el presidente entrante del banco central, Alexandre Tombini, tendrá que subir el costo de los préstamos del 10.75% actual debido a la ausencia de mesura en el gasto. La inflación ha estado por sobre la meta del Gobierno de un 4.5% todo el año.
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De 63 años, Rousseff, que fue la secretaria de gabinete de Lula, le ganó la segunda ronda electoral a José Serra prometiendo mantener los programas de su ex jefe. Lula abandona la presidencia con un índice récord de popularidad del 87 por ciento.
El Nuevo Herald – Miami