Los premios Oscar anuncian por sorpresa tres polémicas novedades que no han gustado nada en Hollywood


Nuevas fechas, nuevas categorías y menor duración. ¿Quién dijo que hay cosas que nunca cambian?

Oscar

Dicen que los seres humanos hemos evolucionado gracias a nuestra facilidad para adaptarnos a cualquier cambio. Pero aunque gracias a eso pasáramos de ser monos para convertirnos en hombres, parece que todavía hay cambios para las que no estamos preparados. O al menos eso ha demostrado las virulentas reacciones que ha provocado el anuncio de la Academia de las Artes y de las Ciencias Cinematográficas de Hollywood de que a partir de 2020 la gala de los Oscar va a dejar de ser tal y como lo conocemos.Conscientes de que en los últimos años la retransmisión de los premios más importantes del cine han ido perdiendo cada vez más audiencia televisiva, los responsables de organizar el evento han decidido introducir tres importantes novedades que no han sentado nada bien a la mayoría de los profesionales de la industria, especialmente a los que no suelen sentarse en las primeras filas. Es decir, los que optan a categorías de premios mal llamadas “menores”.¿La razón? Que según ha confirmado la Academia a través de un escueto mensaje en Twitter, la primera de esas novedades consiste en acortar todo lo posible la duración de la gala para que el público que sigue la retransmisión desde su casa no se aburra. Concretamente, a menos de tres horas, lo que implica que los premios de esas categorías pequeñas serán entregados aprovechando las pausas comerciales.La otra gran novedad, y quizás la que más críticas ha despertado, es la de añadir una nueva categoría de Oscar a las “películas más populares”, o lo que es lo mismo, a todos esos blockbusters de dudosa calidad cinematográfica que han arrastrado a millones de personas a las taquillas. Vamos, lo que ya hacen en los MTV Movie Awards o los People Choice Awards, pero con el sello de calidad de la Academia.Se trata, sin duda, de una medida que gustará mucho a los grandes estudios que ven cómo sus inversiones multimillonarias gozan del respaldo del público pero no de la crítica. O mejor dicho, de los académicos, que en teoría suelen olvidarse de nominar esas cintas provocando una brecha cultural entre los intelectuales del cine y los que les dan de comer.Y decimos bien en teoría porque si es verdad que algunos años el Oscar a la mejor película ha sido para cintas que pasaron bastante desapercibidas por los cines como Moonlight (2016) o Spotlight (2015), que evidentemente se beneficiaron de ese efecto llamada que provocan los premios; lo cierto es que la historia demuestra que son muchísimos los taquilleros que han sido honrados con este preciado galardón como Titanic, Forrest Gump, El silencio de los Corderos, El padrino, El discurso del rey o Gladiator, por nombrar solo algunas.Finalmente, la última novedad parece ser que sí ha despertado más consenso entre los afectados, sobre todo los que se pasan meses haciendo promoción en la carrera para llevarse la estatuilla. Ese maratón se reducirá mínimo un mes, ya que en lugar de en el primer domingo de marzo, los Oscar se entregaran el segundo domingo de febrero, siendo el 9 de febrero de 2020 el primero que estrenará horario.



Ahora está por ver si el resto de galas de premios ajustan sus calendarios para no contraprogramar algo en lo que claramente saldrían perjudicados. Porque sí, habrán perdido audiencia, pero entre los Oscar y cualquier otra gala, todos sabemos con cuál nos quedamos.Fuente: revistavanityfair.es