

El estudio analizó 41 muestras de camas y nidos de chimpancés que fueron tomadas en Tanzania, llegando a utilizar aspiradores en 15 de los nidos para recoger toda la diversidad de especies posible. Los resultados confirmaron que, como se esperaba, la biodiversidad presente en las camas de los chimpancés era muy diferente a la hallada en las camas humanas.Sin embargo, encontraron algo inusual. Aunque los primates tenían una mayor diversidad de microbios y las muestras recogían el entorno selvático en el que vivían, sus camas y nidos ofrecían mucha menor presencia de bacterias fecales, orales y de la piel procedentes de sus propios cuerpos.El 35% de las bacterias que se encuentran en camas humanas proceden de sus propios cuerpos e incluyen bacterias fecales, orales y de la piel“Apenas encontramos este tipo de bacterias”, reconoce Thoemmes, que añade que este estudio “demuestra el papel que las estructuras hechas por el hombre, como las casas en las que viven, juegan en el medio ambiente más próximo. Se intenta conseguir un entorno limpio para nosotros mismos, pero eso puede provocar que lo que nos rodea no sea tan ideal”.Recogemos bacterias a lo largo de todo el día, estemos en casa o fuera de ella, y nos las llevamos a la cama con nosotros. Día tras día. Lo mismo sucede con las camas o nidos de los chimpancés, con la diferencia de que ellos los construyen casi a diario. El resultado es que las suyas tienen menos microorganismos. Quizás la respuesta sea lavar las sábanas a diario.Fuente: elconfidencial.com