Fiscal pide pena de muerte para el acusado de la matanza de Tucson


Con un corte en la sien derecha provocado durante la lucha que mantuvo con los hombres que evitaron que la matanza fuera mayor; con la cabeza rapada, esposado y vistiendo el uniforme color camel de preso de la penitenciaría del condado, Jared Lee Loughner ha comparecido este lunes ante un juez de la ciudad de Phoenix, que le ha acusado del asesinato de seis personas y de herir a otras 14, incluida la congresista Gabrielle Giffords, 40 años, que sigue en estado crítico. Loughner no miró directamente a los ojos a nadie salvo al juez que le leyó los cargos. Impasible y sereno, el joven de 22 años que provocó una masacre el pasado sábado en Tucson movía sus ojos muy rápidamente de un lado a otro y solo posaba su mirada en el techo, evitando el escrutinio visual de la prensa y el público que asistía a la vista. El juez dictó que Loughner seguirá en la cárcel a la espera de juicio y le denegó la fianza. Preguntado si entendía los derechos que se le leyeron, el pistolero contestó con un sí muy claro. Todas y cada una de las preguntas que le hicieron fueron contestadas. Loughner fue acusado el domingo por el Gobierno de EE UU de cinco cargos, dos de ellos de asesinato -el del juez federal John Roll y el del asistente de la congresista, Gabriel Zimmerman- y otro de intento de asesinato -el de Giffords-. Este lunes, el juez de Phoenix ha aumentado esos cargos y ha extendido los delitos de asesinato para las siguientes víctimas: la pequeña de nueve años Christina Green; Dorwan Stoddard, de 76; Phyllis Schneck, de 79, y Dorothy Morris, de 76.

Fuente: CNN.

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