Opositores a Chávez escépticos sobre llamado al diálogo


BORGES El presidente Hugo Chávez lleva años aplicando coloridos adjetivos a sus adversarios políticos, llamando "escuálidos" a sus críticos, calificándolos de "bandidos" y reiterando la imposibilidad de reconciliarse con los líderes de la oposición.

Es por ello que muchos opositores al gobierno se mostraron escépticos el domingo con relación a las exhortaciones de Chávez al respeto mutuo y al diálogo entre los rivales políticos de Venezuela.

"Tenemos a un presidente que está 364 días del año dándole guamazos (golpes) a los medios, iglesias, ONGs (organizaciones no gubernamentales), otros países, peleando con todo el mundo, y en la presentación de su balance (su informe) nos dice por un día que quiere diálogo," dijo Julio Borges (foto), legislador de oposición que el sábado escuchó completo el discurso de siete horas del mandatario sobre el estado que guarda Venezuela.



"El diálogo es obligatorio en el país, tenemos 12 años pidiéndolo", agregó Borges en una conferencia de prensa. "Vamos a recordarle todos los días ese llamado al diálogo, que no se quede en habladera".

Durante su maratónico informe de gobierno el sábado en la Asamblea Nacional, Chávez hizo un llamado a la reconciliación entre adversarios políticos y dijo a los legisladores de la oposición elegidos recientemente que desea reducir agudamente el tiempo que dedica a promulgar leyes por decreto. Saludó de mano y conversó con políticos opositores antes de ofrecer renunciar a una legislación que le permite actuar por encima del Congreso durante 18 meses.

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Chávez, un ex oficial de las fuerzas armadas que suele ser inflexible en las relaciones con los partidos opositores de Venezuela, ha visto aumentar las críticas en su contra desde que un Congreso saliente dominado por sus aliados le otorgó en diciembre el poder para gobernar por decreto.

Los críticos, incluidos estudiantes universitarios, líderes de organizaciones no gubernamentales y representantes de la Iglesia católica, entre otros, han acusado a Chávez de utilizar la "Ley Habilitante" para quitarle poder al nuevo Congreso, integrado por legisladores que prestaron juramento a principios de este mes.

El partido de Chávez tiene una fuerte mayoría en la Asamblea, pero los opositores ganaron terreno en las elecciones de septiembre al llevarse 67 de los 165 escaños. Sus avances impiden que los aliados de Chávez obtengan la mayoría de dos tercios necesaria para aprobar algunos tipos de legislación.

Chávez argumenta que requiere poderes legislativos especiales para aprobar velozmente medidas de atención de desastres después de las severas inundaciones y deslizamientos de tierra que dejaron a miles de personas sin vivienda el año pasado.

La congresista Vestalia Araujo dijo el domingo que la Asamblea debió haber aprobado una legislación para atender los efectos del desastre natural en lugar de garantizar a Chávez poderes generales para legislar en un amplio rango de áreas, incluido el sistema bancario, iniciativas de reforma agraria y urbana y en el sistema económico de Venezuela.

"La anterior Asamblea Nacional tuvo la oportunidad de sancionar leyes para darle prioridad a los damnificados" pero "concedió esta habilitación amplísima al presidente", señaló Araujo.

AP