Hasta el aire huele a coca. La racionalización concertada pretende cambiar esta situación.
Acuerdo. Ante la cantidad de cocales y a pesar de la “erradicación concertada”, una disminución en las plantaciones de coca en esta zona parece muy lejana.
Las plantaciones de coca se hallan a cada paso en la zona.
Amancaya Finkel / La Asunta; PAGINA SIETE
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A pesar de los acuerdos para la erradicación concertada, la producción de hoja de coca se desborda en los Yungas y una disminución de los cocales parece imposible.
El sábado se inició, en la zona de La Asunta, municipio Nuevo Kollasuyo, la erradicación concertada de coca. Los dirigentes de las organizaciones cocaleras y sindicales aceptaron la erradicación de una parte de sus plantaciones, pero, a cambio, exigieron al Gobierno la construcción de caminos, puentes y proyectos de desarrollo alternativo. Las autoridades esperan la erradicación de 800 hectáreas en la zona.
“Necesitamos caminos y planes de producción alternativa, señor ministro”, afirmó uno de los dirigentes frente al ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, en su discurso durante el acto.
“Si no abren caminos, vamos a seguir plantando coca. Podemos traer un taque de coca en el lomo desde el cerro, pero no podemos traer plátano, cítricos ni otros productos pesados”, señaló otro de los dirigentes.
Hasta el aire huele a coca
Son alrededor de ocho horas las que separan la ciudad de La Paz de la zona de La Asunta. A lo largo del camino se puede apreciar en las laderas una abrumadora cantidad de cocales. Hay coca en todas partes.
Las plantaciones se suceden y parecen no tener fin. En los cocales, hombres y mujeres cosechan las hojas de esta planta que se ha convertido en una especie de oro verde para los pobladores de una región empobrecida, donde la cantidad de hijos por familia oscila entre cuatro y ocho niños.
La mayoría de los carros transporta fardos de coca en el techo. Al lado del camino, en canchas de fútbol o en cualquier espacio de tierra amplio y plano disponible, se han dispuesto grandes mallas de nylon sobre las cuales se han esparcido ingentes cantidades de hojas para secar.
Y aunque parezca una exageración, en algunos tramos del camino hasta el aire huele a coca. En otros sitios a lo largo de la carretera, se percibe el aroma ácido de fruta fermentada; en los márgenes de la carretera se pudren mangos y otras frutas.
La Asunta, tierra cocalera
La zona de La Asunta se dedica a la producción de coca desde hace décadas. Nunca antes se había dado, como ahora, algo parecido a una “erradicación concertada”. La meta del Gobierno es erradicar alrededor de 800 hectáreas excedentarias.
A nivel nacional el objetivo es superar las 8.200 hectáreas que fueron erradicadas en 2010. A pesar del acto por medio del cual se dio inicio al acuerdo entre el Gobierno y los productores de coca, existía una tensión en el ambiente, que dejó sospechar que la erradicación concertada podría ser más complicada de lo que parece.
Apenas concluido el acto, el ministro Llorenti volvió a La Paz. El viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres permaneció en el lugar para reunirse con dirigentes cocaleros.
“Tenemos que superar la erradicación del año pasado aunque significa mayores esfuerzos, pero lo hacemos por nuestros niños y jóvenes que son la esperanza del pueblo boliviano”, remarcó el viceministro.