Economía de palabras – Humberto Vacaflor Ganam
El proceso de cambio está produciendo la expulsión de ciudadanos; tiene sus exiliados esta revolución. La gente se va, Evo cumple.
Hasta la semana pasada se sabía que quienes se iban eran los que no estaban de acuerdo con el gobierno, como los exiliados en Estados Unidos, Perú, Brasil y Paraguay.
Ahora, gracias a la maravilla de la nueva tecnología, se sabe que el gobierno tiene sus exiliados consentidos. A un boliviano se le pagó para que se fuera del país, llevándose un “dinerito” del TGN.
El Contralor seguramente pueda rastrear de dónde salió ese dinero, si del TGN boliviano o del TGN venezolano, o de algún otro Tesoro General desconocido, quizá del Orinoco.
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¿Cómo se calcula el monto que ha de recibir un testigo clave? En este caso hay una coincidencia en los números que probablemente sea engañosa. Se le pagó 31.500 dólares, lo que da más o menos a 1.000 por cada uno de los dirigentes cruceños y benianos que el fiscal Marcelo Sosa quiere procesar.
Calculado en salarios de Su Excelencia, el presidente Morales, El Viejo recibió el monto equivalente a quince meses. ¡Pensar que el presidente tiene que trabajar –si eso es lo que hace- durante quince meses para recibir lo que recibió el terrorista-amigo en un solo pago!
Un jubilado con el nuevo sistema debería reunir el dinero de 200 meses para igualar a lo que recibió El Viejo en una sola vez.
Conclusión: aparte de ser ilegal, el monto es excesivo. Los que ayudaron en el caso de Pando podrían exigir montos similares. Y el TGN estaría en figurillas. Si se sumara a los que ayudaron a controlar el periodismo, tendríamos que usar las reservas del BCB.
Un método muy costoso cuando estamos viviendo tiempos de vacas flacas. Habría que cambiar de método. ¿Y si se probara de cumplir las leyes, no armar conspiraciones y sólo gobernar? Habría que probar.