El ex gerente del Comité pro Santa Cruz Lorgio Balcázar y el ex presidente de la Unión Juvenil Cruceñista David Sejas lograron, junto al ex juez Luis Tapia Pachi, el refugio en Brasil. El oficialismo cuestiona esta protección y reitera que no existe persecución política.
Los tres recibieron la notificacion del Comité Nacional para los Refugiados (Conare), en la que le informaron que se les otorgó el estatus de refugiado, de acuerdo con una ley de ese país que data de 1997. El Conare depende del Ministerio de Justicia y está integrado por representantes del Gobierno, de la Policía Federal, de organismos gubernamentales, como la organización católica, Cáritas, y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (Acnur).
David Sejas, que fue implicado en el caso terrorismo, por haber tenido supuestos encuentros con Eduardo Rózsa salió de Bolivia el 5 de diciembre de 2009. Se fue a medianoche, porque conoció que efectivos de Inteligencia lo esperaban en las puertas de su casa para secuestrarlo. Ingresó a Brasil por Corumbá.
“Estoy queriendo desarrollar mi vida normal, mientras dura el régimen de Evo Morales. Nuestro mayor delito ha sido denunciar los hechos de corrupción, contrabando y narcotráfico”, subrayó.
El diputado de Cochabamba por el Movimiento Al Socialismo Javier Santibáñez indicó que en el país no hay perseguidos políticos, sino de la justicia. “No pueden escapar toda una vida, ellos tienen que quedarse en el país para enfrentar los cargos”, dijo.
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En la misma línea, el parlamentario Wilfredo Calani, del MAS, señalo que sólo se cumple la ley. “No hay perseguidos políticos”, argumentó.
Una magistrada de la Corte Suprema, en respuesta a declaraciones de Tapia Pachi, dijo que no exite intromisión ni persecución política, como lo denunció el ex juez desde Brasil.
«Nos consideran víctimas de una injusta persecución”
Lorgio Balcázar Arroyo / Ex gerente del Comité pro Santa Cruz
– ¿Qué significa la otorgación del refugio en Brasil?
– La concesión del estatus de refugiado es un derecho soberano de este país hermano para aquellos a quienes nos consideran víctimas de una injusta persecución política.
– ¿Por qué dejó Bolivia y cuándo?
– No quise convertirme en una víctima más de tanto atropello, dejé Bolivia alarmado por los hechos del hotel Las Américas y porque fruto de la tentativa de cubrirse en sus actos irregulares el Gobierno inició una satanización de las personas vinculadas al movimiento cívico cruceño.
– Usted ha sido imputado en el caso Rózsa. ¿Qué opina al respecto?
– El caso Rozsa, además de estar plagado de innumerables vicios procesales, es un juicio abusivo e injusto, que pretende procesar a ciudadanos inocentes por delitos inventados por el Gobierno. Estos delitos imaginarios han sido creados con dos finalidades: una para atemorizar y perseguir a la dirigencia institucional y a la población cruceña y dos para tratar de encubrir los luctuosos hechos de la ejecución sumaria ocurrida en el hotel Las Américas.
– ¿Se considera perseguido político?
– Por supuesto, una víctima más, como pueden seguir siendo otros hermanos bolivianos, porque este régimen no tiene límites.
– ¿Ofrece la justicia boliviana garantías para una defensa seria de su persona?
– Han atropellado todo principio jurídico, el derecho al debido proceso, al juez natural, a la presunción de inocencia, por citar algunos. Violentan las disposiciones de su propia CPE. No respetan ni la voluntad popular reflejada en el voto. Entonces, ¿cómo podríamos ser tan ingenuos como para creer que podemos tener posibilidad a un juicio imparcial?
– ¿Intentó defenderse?
– Le reitero, ellos mismos han demostrado que al no encontrarme en el país no he podido ser citado con la querella; sin embargo, se han inventado una supuesta notificación por edictos. Les hago recuerdo que esa figura no se aplica para las personas del exterior.
– ¿Cómo se defenderá?
– Demostrando las nulidades procesales y la inexistencia de la comisión de los delitos de los cuales se me acusa.
– ¿Realiza sus labores normalmente en Brasil?
– Actualmente me encuentro sin trabajo fijo, viviendo de trabajos ocasionales en mi labor de médico. Me imagino que cuando me consolide profesionalmente podré lograr ingresos aceptables que me permitan vivir adecuadamente.
– ¿Se siente abandonado, alguien le falló en Bolivia?
– Me costó asimilar la política de ‘sálvese quien pueda’ y el silencio cómplice de muchos dirigentes cruceños que saben y conocen que los delitos por los que nos persigue son inventados y son fruto de las maquinaciones para acallar y controlar con el miedo a Santa Cruz. Estos dirigentes no solo me fallaron a mí, le fallaron a su pueblo y lo siguen haciendo.
El Deber – Santa Cruz