Evo Morales y el reinado del terrorismo jurídico (4). Leopoldo Fernández, ex gobernador de Pando, clama inocencia, aunque Evo Morales ya dictó sentencia en su contra: 30 años.
La Policía Nacional tiene una fuerte presencia en toda Bolivia. Nada escapa del control policial en el país.
LA PAZ, Bolivia. Leopoldo Fernández, ex gobernador de Pando, sostiene que el gobierno de Evo Morales montó la tragedia de Porvenir, en setiembre de 2008. Fernández está acusado de genocidio, por la muerte de 11 personas; clama inocencia y exige su presentación ante un juez, aunque Evo Morales ya dictó sentencia en su contra: 30 años.
Leopoldo Fernández ocupó el cargo de gobernador del departamento de Pando, limítrofe con Brasil y Perú. Esta región está asociada con la llamada “media luna”, en el Oriente boliviano.
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Pando es un departamento pequeño. Tiene una población de 61.000 habitantes, distribuidos en cinco provincias y 15 municipios.
El territorio departamental es de 64.000 kilómetros cuadrados, que corresponde al 5,81 por ciento de Bolivia; la capital es la ciudad de Cobija.
Pando se encuentra en la llanura boliviana, de allí que su economía está estrechamente relacionada con actividades agrícola-ganaderas, así como con la explotación minera, sobre todo oro y litio, así como piedras semipreciosas.
Leopoldo Fernández se encuentra en este momento en la penitenciaría de San Pedro, en La Paz; lleva dos años y cinco meses con prisión preventivo.
Don Leopoldo, como lo llaman en el presidio, se declara detenido político y desde el momento en que fue arrestado, sin orden judicial, clama por su presentación ante juez competente.
Trágico suceso
Leopoldo Fernández mantiene afinidad política con los líderes de la oposición, sobre todo con el liderazgo que luchó por el proceso de autonomía departamental, de allí su notoria influencia.
Pando, en términos numéricos, no tiene gran influencia, pero la figura de Leopoldo Fernández tiene peso en el ambiente político del país andino.
Leopoldo Fernández se convirtió en enemigo del proyecto de Evo Morales y Alvaro García Lineras; pronto La Paz encontraría el modo para sacarlo del medio, aunque tuviera que correr sangre para lograrlo.
El 11 de setiembre de 2008 se produjo un trágico enfrentamiento en la entrada de la ciudad de Porvenir, un pequeño poblado situado en las cercanías de la capital departamental, Cobija.
Leopoldo Fernández recuerda los sucesos de Porvenir: “El Gobierno movilizó campesinos, con la intención de copar Cobija. La excusa era defender las propiedades rurales de los comunarios, inclusive un grupo llegó a ocupar las oficinas del Instituto Nacional de Reformar Agraria (INRA)”.
Agregó lo siguiente: “Teníamos claro el objetivo del gobierno: forzar un enfrentamiento con la población de Cobija, por eso una marcha con la excusa de propiedades comunitarias en peligro”.
Dijo diciendo que “la marcha era una falacia, puesto que Pando es el primer departamento que implementó un sistema de catastro departamental, por medio de un sistema informatizado. No existía tal peligro a las propiedades”.
El resultado de la marcha no pudo ser peor: 11 muertos en la misma entrada de la ciudad de Porvenir.
Enfrentamiento provocado
En torno a la ciudad de Porvenir marcharon dos columnas de campesinos enviados por La Paz; al mismo tiempo se tenían informaciones de otro grupo yendo con dirección a Santa Cruz de la Sierra, con la misma intención de sitiar la ciudad.
En procura de evitar enfrentamientos violentos, 48 horas antes del 11 de setiembre el gobernador de Pando intentó contar con el apoyo de la Policía Nacional y efectivos militares acantonados en la ciudad.
“En Cobija se encuentran acantonados mil efectivos militares, junto con 300 de la policía. Esta cantidad de miembros de la fuerza pública es suficiente para controlar una marcha campesina. Me reuní con los respectivos comandantes y me respondieron que no pueden movilizarse, sin autorización de La Paz. La orden nunca llegó, a pesar de las llamadas a la capital”, dijo Leopoldo Fernández.
En procura de evitar lo que a todas luces se venía, el gobernador de Pando reunió a los principales referentes cívicos de Cobija, para evitar entre todos un enfrentamiento, ya que la fuerza pública argumentó falta de autorización para evitar un choque.
“Es completamente falso que no hicimos nada, simplemente buscan justificar los procesos judiciales que iniciaron”, dijo también.
La noche previa del 11 de setiembre, técnicos de la Dirección Departamental de Caminos sugirieron cortar el camino de acceso a Porvenir, dado que los campesinos venían en vehículos.
“Cortaron un camino, se logró detener parte de las movilidades, pero el segundo corte no llegó a concluir porque el tiempo no daba. El personal fue tomado como rehén por los campesinos, eran siete personas, entre ellas el ingeniero Pedro Oshiro”.
“Los rehenes fueron golpeados, humillados y en estas condiciones fueron llevados hasta la entrada del pueblo de Porvenir, donde ya la gente se agrupó en la entrada, ante la masa campesina que se venía encima”.
Siguiendo con su relato dijo: “Alrededor de las 10 de la mañana llegó un contingente policial, luego de la intervención de los sacerdotes de Cobija. Intermediaron con los campesinos y lograron que liberen a los rehenes”.
Asesinato a sangre fría
“De un lado estaban los campesinos movilizados por el Gobierno y del otro, el pueblo, en medio de un grupo de policías”.
“Los campesinos fueron soltando de a uno a los rehenes, quienes llegaron arrastrados hasta el pueblo. Por último, quedó el ingeniero Pedro Oshiro, oriundo de Porvenir”.
“Cuando salió del grupo y se encontraba a unos cinco metros, sus captores lo acribillaron a balazos, por la espalda. Cayó muerto ante la mirada de todo Porvenir”.
“Lo que hicieron fue criminal, no tiene nombre. Fue un asesinato a sangre fría de un hombre inocente y luego vino el tiroteo mutuo. Matar a Oshiro delante de su pueblo no se puede calificar”.
Leopoldo Fernández reclama el inicio de un juicio, para demostrar su inocencia; asegura haber hecho todo lo que estaba a su alcance. El saldo trágico fue de 11 muertos. Al día siguiente se decretó estado de sitio y fue detenido sin orden judicial en su despacho, en la ciudad de Cobija.
Próxima nota: Rabia y descontrol en la ciudad de Sucre.
por Roque González Vera, enviado especial. Diario ABC, Asunción, Paraguay