Contra el periodismo

Humberto Vacaflor Ganam

El expresidente chileno Ricardo Lagos suele decir que la democracia es un invento de Gutenberg, porque la imprenta de caracteres móviles que inventó en 1445 dio nacimiento al periodismo, un fenómeno que abrió las compuertas del poder político a la participación de la gente.

Algo que, por supuesto, no saben quienes atacan al periodismo y se dicen demócratas.



Antes del invento del periodismo las decisiones políticas eran tomadas por reyes, emperadores, caudillos, letrados o no, dictadores, tiranos, rodeados de sus cortes y sus alcahuetes, pero cuando surgió el periodismo, la gente común exigió su derecho a participar  en las decisiones políticas.

Estuve con Lagos en noviembre pasado y me comentó que con el surgimiento de la tecnología de la comunicación y el desarrollo de las redes sociales la participación de la gente ha aumentado y por lo tanto la democracia se ha fortalecido. Otros opinan que los medios modernos han diseminado a la opinión pública.

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Lagos fue una pieza clave en el referéndum por el cual los chilenos le dijeron no al dictador Pinochet en 1988. Y el dictador, el sanguinario dictador, aceptó ese fallo supremo y decidió renunciar a su deseo de perpetuarse en el poder

Ahora, un empleado de Evo Morales ha lanzado criticas al periodismo boliviano, justamente cuando su amo ha decidido desconocer el fallo del pueblo boliviano, del 21-F de 2016, en un referéndum similar al de Chile en 1988.

El empleado en cuestión es un oscuro abogado de provincia que llegó al cargo de presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en unas elecciones en que los votos nulos y en blanco sumaron 70%, lo que hubiera sido suficiente motivo para que alguien con un milímetro de dignidad renunciara al cargo.

Pero él ha decidido criticar al periodismo en presencia de su jefe, el dueño del partido que organizó esas “elecciones” en que los bolivianos tenían que votar por unos aspirantes seleccionados por el MAS para llenar los cargos de la justicia.

El periodismo se somete, todos los días, a un referéndum de credibilidad. Es una forma de referéndum revocatorio, diario.

Quienes se atreven a desafiar al periodismo tendrían que estar dispuestos a someterse a referendos similares. O callerse la boca.

Fuente: Vacaflor.ologog.com