La reunión, encabezada por el presidente francés, Emmanuel Macron, busca crear una cultura común
Los responsables de los servicios secretos de 30 países europeos se reunieron este martes en París con el fin de constituir una instancia para compartir prácticas y experiencias, foro que no tendrá carácter operativo ni pretende ser el germen de un centro de inteligencia común.
El presidente francés, Emmanuel Macron, pronunció un discurso ante los responsables de 66 servicios de inteligencia y contraespionaje de esos países (todos los de la Unión Europea más Suiza y Noruega) sobre sus ambiciones para el bautizado como Colegio de la Información en Europa.
Tras recordar que ya existen cooperaciones bilaterales, muy eficaces contra el terrorismo o contra los ciberataques, aunque el público no lo sepa, y también algunas instancias intergubernamentales -como Europol-, insistió en que hay que ir más lejos.
Su idea es «constituir entre todos los servicios secretos una cultura compartida» sobre las herramientas de análisis y los mecanismos para hacer remontar la información hasta quienes deciden, porque los protocolos y los métodos de trabajo no están armonizados.
En última instancia, el foro pretende generar una «confianza recíproca», porque lo que está en juego es «la seguridad de nuestros pueblos».
Se trata de «tejer relaciones entre los Estados, entre los servicios y entre las instituciones comunitarias», según el presidente francés, quien en cualquier caso se esforzó en subrayar que eso no significa que en el futuro los servicios secretos dejarán de ser una competencia de soberanía nacional.
El punto más delicado de cualquier asociación entre estos organismos, marcados por la cultura del secreto y por su dependencia de los intereses particulares de cada país, es precisamente el de compartir informaciones sensibles, como señaló a Efe un miembro de la delegación francesa.
Por parte de España, el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, declaró en la reunión que las propias competencias de su institución marcan límites a cualquier cooperación.
Sanz Roldán recordó que el CNI es un proveedor de información para las autoridades españolas y que sus funciones terminan allí, puesto que no es un órgano de decisión ni de intervención.
Para los servicios españoles, este nuevo Colegio de la Información en Europa puede ser útil para conocer a los actores de otros países europeos y poder intercambiar experiencias o confrontar algunos retos comunes.
Pero en el ámbito operativo, la creación de cualquier estructura de acción común está fuera de discusión.
Consciente de las reticencias y de los obstáculos por ese frente, Macron explicó que con este colegio «no se trata de reducir la soberanía de cada uno de nuestros países», pero sí al menos de evitar una división que «nos debilita a todos».
Y ese es un paso para lo que denomina «soberanía europea», que Macron entiende sobre todo como una «autonomía» respecto a la que durante décadas ha sido la dependencia de Estados Unidos en materia de seguridad.
Ángel Calvo para EFE
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Fuente: infobae.com