Rusia: Testigos de Jehová denuncian torturas por parte del régimen de Putin


Han pasado dos años desde que Rusia declaró ilegal a la iglesia de los Testigos de Jehová. Siete de ellos aseguran haber sido golpeados y hasta electrocutados por fuerzas de la Policía.
En Rusia, siete jóvenes, quienes profesan la religión de Testigos de Jehová, denunciaron abusos de autoridad por parte de agentes de seguridad del régimen de Vladímir Putin en Surgut, ciudad al norte. Tal y como cuenta el portal BBC, Artyom Kim, uno de los apresados, se rehusó a responder preguntas en el Comité de Investigación. «Luego me llevaron a un cuarto, amenazaron con violarme y me electrocutaron con una pistola», relató.»Pensé que me iban a matar porque me amenazaron a mí y a mi familia […] Cuando me estaban asfixiando y estrangulando y yo pensaba que ya no podía respirar me preguntaron si iba a hablar, dije que sí, porque un par de veces más me moría allí mismo», contó Kim a la prensa internacional. Según Sarah Rainsford, corresponsal de BBC, en su habitación aún estaban todas sus pertenencias revueltas por el ingreso forzoso de la Policía.

 

Rusía considera que los Testigos de Jehová son una amenaza latente, como lo es para ellos el Estado Islámico. La Corte Suprema de Justicia de la Federación rechaza que los seguidores de esta religión se jacten de ostentar la «fe verdadera». Por esta razón, el 20 de abril del 2017, el Ministerio de Justicia del gigante europeo incluyó a la organización concebida en los Estados Unidos en la lista de «entidades que ejercen labores extremistas».Evgeny Kairyak, otro ruso torturado, manifestó que las autoridades lo interrogaron y le querían obligar a decir que era «extremista». Asimismo, narró que le pusieron una bolsa en la cabeza, trataron de asfixiarlo y le quemaron el trasero y las piernas con choques eléctricos. Kairyak sostuvo que va a hablar más de lo que sucedido, pero teme por su futuro. «La tortura es inaceptable […] soy pacifista», finalizó.

 

Repercusiones en el oficialismoEn diciembre del año pasado, grupos de derechos humanos informaron al presidente ruso, Vladímir Putin, sobre los abusos de la Policía. «Es un sinsentido absoluto», concluyó el jefe de Gobierno, aunque pidió que se clarifique más la ley.La BBC informó que buscaron a los protagonistas de la otra cara de la historia, sin embargo, no recibieron respuesta. Solo una funcionaria del Estado se dignó a responder: se trataba de Natalia Strebkova, de la Defensoría de los Derechos Humanos, quien prometió profundizar la investigación en Surgut y se mostró «en shock» tras escuchar a Sarah Rainsford.Fuente: larepublica.pe