Pertenece al Cártel de Tijuana, es escurridiza, mecánica, discreta e inteligente
A primera vista, la imagen podría parecer la de una familia mexicana cualquiera. Pero en realidad se trata de los miembros de uno de los cárteles más grandes del tráfico de droga: Los Arellano Félix.
La célula delictiva, también conocida como Cártel de Tijuana, dominó buena parte del narcotráfico en México a finales del siglo XX, y desató una sangrienta lucha territorial contra el Cártel de Sinaloa, fundado por el capo más poderoso del mundo, Joaquín «El Chapo» Guzmán.
La guerra entre cárteles causó miles de muertes en el noroeste del país, incluso, uno de los hermanos, Ramón, es señalado como responsable de la masacre de una familia en Ensenada, Baja California, en 1992. Diez años después fue asesinado en un tiroteo.
Pese a que los hermanos se sucedieron para conservar el mando de la organización, uno a uno fueron cayendo: Benjamín, cabecilla del cártel, fue capturado en marzo del 2002. Francisco Javier cayó en los Estados Unidos en 2006. Y a Francisco Rafael lo mató un sicario vestido de payaso en una fiesta en Los Cabos, en 2013.
Ya debilitada la célula traficante, asumió el poder una mujer: Enedina Arellano Félix, de aproximadamente 50 años, que solía pasar desapercibida en la lista de los narcos más temibles, según la DEA.
Apodada como «La Jefa» o «Narcomami», se dedicaba a administrar las finanzas del grupo y, cuando debió asumir el poder de la organización junto a su sobrino, Fernando Sánchez Arellano, le tendió una trampa con uno de los enemigos acérrimos de su familia: el Cártel de Sinaloa.
Sánchez Arellano, alias «El Ingeniero» fue detenido en 2014 cuando veía por un partido de fútbol por televisión. Fue ahí, cuando Enedina, de profesión contadora, fue señalada como la única cabecilla del Cártel de Tijuana; sin embargo, desde 2002 existen informes de los Estados Unidos que la describen como el «cerebro financiero» de la organización.
Aunque actualmente no hay indicios de que el cártel desafíe el mercado de los capos de Sinaloa, ella prefiere llevar un grupo criminal con los menores enfrentamientos posibles.
«Es una mujer que habla poco y evita las excentridades de otros capos y suele levantarse muy temprano». En 2003 el periodista asesinado, Jesús Blancornelas, escribió que siempre había asesorado a sus hermanos con el lavado de dinero.
Muchos aseguran que el historial sangriento de sus hermanos la ha hecho ser escurridiza, mecánica, discreta e inteligente. «No es la matona cruel ni la dama obsesionada por el poder y la belleza».
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Fuente: infobae.com