La reunión de cancilleres de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) en Cochabamba se parece demasiado a un capítulo de la Dimensión Desconocida: una suerte de universo paralelo donde las cosas son exactamente inversas a la realidad. La situación llegó a su paroxismo cuando el anfitrión de la cita, el presidente cocalero Evo Morales, dijo que la ALBA debe ser “un modelo para el proceso de cambio del mundo (…) un modelo para la humanidad que habita el planeta Tierra”. Se salvarían por los menos los astronautas de la Estación Espacial Internacional, que serían la humanidad que no habita el planeta Tierra, a menos que la religión cósmica de Choquehuanca y compañía incluya alguna innovación ufológica. Los méritos por los cuales la ALBA podría ser un modelo para el mundo serían (aunque Morales haya obviado estos detalles insignificantes):
Autoritarismo
Reiterados reportes de organismos internacionales como la ONU y la OEA, además de organizaciones de derechos humanos como Amnesty International, Human Rights Watch y Freedom House señalan el deterioro del sistema democrático en los países de la alianza “bolivariana” (Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua), sin contar el caso extremo de la tiranía cubana. Las políticas neo-autoritarias incluyen la manipulación del poder judicial desde el gobierno, la prisión política y el exilio para opositores, el hostigamiento a la prensa y a los sindicatos independientes, y la movilización de tropas de choque que han cometido diversos actos de violencia.
Narcotráfico
La agencia antidroga de Naciones Unidas (la JIFE) informa que Venezuela se ha convertido en la principal plataforma de envío de cocaína hacia Europa, mientras que en Bolivia se constata el crecimiento de los cultivos ilegales de coca y un aumento del 50% en la producción de cocaína, además de la penetración del narcotráfico en esferas gubernamentales.
Inflación y desabastecimiento
Venezuela y Bolivia también encabezan el ranking latinoamericano de inflación alimentaria, con aumentos de precios acompañados por el desabastecimiento de productos básicos. Estos fenómenos se explican por la desinversión en el sector agropecuario ocasionada por la inseguridad jurídica y distintas políticas de intervencionismo estatal. En el caso venezolano, el país se ha vuelto virtualmente monoproductor, exportando hidrocarburos e importando la mayoría de los bienes restantes. Bolivia parece seguir los mismos pasos.
Corrupción
El informe de Transparencia Internacional también da malas calificaciones a Venezuela y Bolivia, donde la corrupción, lejos de haber disminuido con los regímenes “neo-revolucionarios”, se estaría intensificando. El propio viceministro de transparencia de Bolivia, Carlos Camargo Ticona, acaba de reconocer que “la corrupción se está campeando en la administración pública”.
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Asimismo, en el encuentro de la ALBA Morales reiteró la oposición del bloque chavista a la intervención internacional avalada por la ONU, que busca detener las masacres de Gadafi en territorio rebelde. El mandatario se ocupó de lucir preocupado por las muertes que puedan producirse a partir de la intervención, preocupación que no habíamos visto durante los bombardeos a civiles por las tropas del déspota libio. Además, las declaraciones de Evo sirvieron para enterarnos que también simpatizaba con Saddam Hussein, lo que explicaría los rumores que hablan de un ex miembro de la cúpula del Baas (partido único iraquí en tiempos del dictador) que fungiría como enlace del gobierno boliviano con países del Medio Oriente en el tema petrolero…