Indignados masistas quieren expulsar a la diputada esposa de Santos Ramírez. Una vez más estos valientes se las agarran con los más débiles. ¿Por qué no piden la expulsión de Santos Ramírez? Y del JEFE, del responsable final del entuerto. Es o no es Presidente.
Los que hacen fortuna robando son SANTOS. Los otros, malvados empresarios
Ante un fallo judicial que permite internar los autos usados que ya estaban en tránsito cuando se decretó la prohibición, el también SANTO masista Ministro de Hacienda, en pose épica rechazó dar cumplimiento al fallo, anunciando apelar a la misma justicia. Pretendía justificar su rechazo alegando que el fallo estaba favoreciendo a gente poderosa a millonarios importadores de autos usados –argumento también esgrimido ante los importadores de ropa usada.
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¡Qué tal! Este santo líder del “cambio”, en el área de las finanzas, ama a la gente que se enriquece robándole al estado, y odia a los que se enriquecen haciendo negocios.
Nada extraño, este también es uno de los que militan en las filas y afanes de la oligarquía.
La santa mama coca, recién daba cuenta de cómo un "líder indígena" en proceso de reciclado, justificaba su estilo, diciendo que “está bien que nuestra gente robe [al estado], antes de que roben las transnacionales”. La teta estatal da para todo. Y, los que de ella maman desarrollan una indudable capacidad (léase economía) y vocación para volver a prenderse de ella.
Están advertidos.
Hoy roban los masistas, ¿mañana robarán los antimasistas?
¿No será tiempo de entender que la corrupción en el país no es asunto de conciencia ni voluntad, sino un problema estructural? ¿Que tiene en la propiedad estatal su botín de saqueo? Y más aún en un país como Bolivia, con una sólida tradición de uso del poder político para beneficio personal de la autoridad. Herencia de la colonial feudal española.
En Bolivia, menos que en cualquier parte del mundo, puede funcionar la propiedad estatal a favor del país. Esto debería quedar ya descartado, así como las ilusiones socialdemócratas, detrás de las cuales se esconde el viejo afán de ganar apoyo para volver al poder. A los de siempre. Las empresas nacionalizadas, así como sirven a los masistas, serán también útiles para los que le hereden el poder, para su mayor gloria y fortuna.
De ahí que estén ya recomendando, que YPFB sea manejada por “PROFESIONALES HONESTOS”. Claro, éstos, para cada caso, son los que recomienda y patrocina el líder de la rosca o el partido. A fin de que por fidelidad encaucen la riqueza de la empresa publica hacia él. Viejo estilo practicado sin sosiego por derechistas como izquierdistas, q’aras y t’aras.
Seamos serios la única manera de frenar la corrupción y racionalizar la economía boliviana es poner en manos privadas la actividad productiva. Porque de seguir así, si hoy roban los masistas, mañana robarán los antimasistas.
Todo sea por “el cambio”
Patético argumento esgrimido por los intelectuales marxistas y los que tienen aún un rastro de conciencia revolucionaria. Y, ¡QUÉ TAL DE CAMBIO, QUÉ LUJO DE CAMBIO! El que tenemos (y no agradecemos).
Para el asombro, nada más y nada menos que: Volver al SOCIALISMO (fracasado ya en el siglo pasado).
¿Quedará alguien que pueda negar esto con argumentos, o pretenda aún sostener, racionalmente, el mamotreto teórico llamado LA CIENCIA MARXISTA?
¡Hagamos revolución! ¡Bien! Pero, para adelante. ¡No hacia atrás! Esto… bien dicho, no se llama revolución, sino, oligárquica reacción.
Que la máscara socialista, comunitaria, indígena no confunda. Impuesta desde el poder. El de Hugo Chávez (que no del Evo), y con dinero ajeno, el del pueblo venezolano, actuando en alianza con gente venal sobre un pueblo humilde y pobre, el boliviano, muy capaz de vender sus derechos y soberanía por un bono de 30 dólares. Poco menos que un crimen perpetrado con alevosía, ventaja y sobre seguro.
¿También van ha justificar el crimen a título de “el cambio”? ¡Qué mierda puede ser esta!