Gana terreno entre los expertos en el campo diplomático la opinión de que una eventual demanda boliviana contra Chile ante el tribunal de La Haya podría ser contraproducente, esto es, que podría alejar al país aún más del mar… Sucede que ninguno de los dos resultados posibles para la demanda llevaría a un acceso soberano al mar, sino a las siguientes alternativas: 1) un fallo relativamente favorable para Bolivia sólo ampliaría la aplicación del libre tránsito establecido en el tratado de 1904, algo que ya se podría haber conseguido fácilmente a través de la negociación; 2) un fallo negativo para Bolivia enterraría la demanda marítima de forma casi definitiva, quitándole legitimidad a ese reclamo. De concretarse la segunda alternativa, la demanda ante La Haya se constituiría en uno de los peores actos de traición a la patria de toda la historia boliviana. Son los riesgos de la denominada “Estrategia Chávez”, creada por el hermano del viceministro Wilfredo Chávez y adoptada por Evo Morales en momentos en que éste enfrenta una seria crisis de popularidad y un agotamiento de su fallida táctica bilateralista de los últimos cinco años. El propio Morales ya estaría comenzando a comprender el tipo de callejón sin salida en el que estaría entrando con la demanda y habría empezado a buscar la manera más elegante de frenar esta riesgosa estrategia. A eso apunta la ayudita dada por Hugo Chávez en Cochabamba, cuando recomendó el diálogo en lugar de la demanda. En lugar de estos tumbos erráticos, lo que Bolivia necesita en materia marítima es una política de Estado, algo que podría instrumentarse a través de un Consejo de Relaciones Exteriores conformado por todos los ex cancilleres y otros diplomáticos sobresalientes. Pero eso, claro, exigiría dejar de lado el sectarismo ideológico que ha caracterizado al régimen evista…