No heredará un reino que gobernar, pero se preocupa por la unidad de su pueblo. A través de las RRSS se relaciona con otras comunidades afro. Cuenta que quieren reconocer a su padre como el último rey de Sudamérica.
Rolando es sobrino del rey Julio Pinedo, de 87 años, quien al no tener descendencia directa lo nombró su heredero. También ostenta, por deseo expreso de su padre, el rey, la Gran Cancillería para África de la Real Orden del Mérito del Príncipe Uchicho. La senadora Anselma Perlacios, descendiente del pueblo afroboliviano, considera que Rolando es un heredero legítimo porque forma parte del linaje real de Uchicho.¿Quién fue Uchicho? Un príncipe africano capturado en 1820 por tratantes de esclavos que lo trajeron hasta Bolivia, primero a Potosí y después a los Yungas de La Paz, específicamente a la hacienda del Marqués Pinedo. La comunicadora Laura Mendoza Magariño, quien realizó su tesis de grado sobre la cultura afroboliviana, señala que la sangre de real de Uchicho nunca fue un secreto, ni para los africanos que vivieron con él en esclavitud ni para sus “amos”. “Siempre lo reconocieron. Tenía un trato especial, no cubría el mismo cupo de trabajo; los demás esclavos trabajaban extra para cumplir su cupo”, afirma.“La gente de su tribu, que fue traída con él, lo reconoció por la señas que tenía en la pierna. Los tratantes de esclavos lo capturaron cuando había salido a cazar”, relata Rolando Pinedo.
Uchicho incluso fue coronado en 1832, luciendo una corona, capa, bastón de mando y un chaleco bordado en oro y plata que su padre le mandó desde África y que sus descendientes afrobolivianos guardan celosamente. “Está en un lugar seguro”, asegura.En medio de todas estas historias que parecen de fantasía, el príncipe Rolando, en cumplimiento de la responsabilidad que le dio la Gran Cancillería para África de la Real Orden del Mérito del Príncipe Uchicho, dedica gran parte de su tiempo a relacionarse con organizaciones afros de otros países para seguir difundiendo que el pueblo afroboliviano guarda la sangre real de monarcas de África y que es custodio de una gran riqueza cultural. ¿Sus recursos? Las redes sociales. Es que este es un príncipe millennial.Y está alcanzando logros. Hace poco logró contactó con una organización de Brasil que viajó hasta Mururata, donde verificó que su padre Julio Pinedo es el último rey afro en Sudamérica. Tras la visita comenzaron a organizar un encuentro que se llevará a cabo en agosto, en Panamá, donde se pretende reconocer a Julio Pinedo como el último rey afro en Sudamérica.“Quieren reconocer a mi padre como el único rey afro en Sudamérica. Estamos invitados y estamos viendo cómo podemos ir”, dice. El joven descendiente de Uchicho añade: “Estamos abriendo más espacio para el pueblo afroboliviano. Tenemos contactos con algunas embajadas y organizaciones de afros en Francia, Brasil, Chile, a través de las redes sociales, hablando sobre lo que se está haciendo por el pueblo afro”, asegura.
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¿Qué privilegios da ser descendiente de un rey en el pueblo afroboliviano?Los afros siempre supieron que aquí, en Bolivia, había un rey, faltaba socializarlo más con el resto de la población boliviana, y de eso nos estamos ocupando. El pueblo afro reconoce a mi padre como una autoridad. Cuando hay algún congreso o evento está invitado y si no puede asistir lo hago yo, en su representación. Le consultan sobre las decisiones que se quiere tomar en el pueblo, él da su punto de vista.¿Cuáles son las responsabilidades?Son responsabilidades que se van transmitiendo de generación en generación. Hoy le tocó a mi padre y las viene cumpliendo desde que lo coronaron, en 1992, en la hacienda de Mururata, y desde los reconocimientos que le hizo el Gobierno departamental de La Paz en 2007, con el entonces prefecto José Luis Paredes, y en 2013 la Cámara de Senadores, presidida entonces por Eugenio Rojas.
¿Cuáles son tus responsabilidades?Representar a mi padre, cumplir los trámites que le corresponden. En este momento estoy trabajando en unos reconocimiento que él enviará a Costa Rica, difundir la historia y la cultura afro y afroboliviana. Mi tarea es conectar a mi padre con autoridades y representantes internacionales.¿Cómo te sientes con ese trabajo?Muy feliz porque cada vez conozco más personas de las que aprendo mucho sobre la cultura afro.¿Qué es lo que más te emociona?Compartir con ellos, cuando demuestran la cultura, que ellos tienen viva, como en Brasil, con la capoeira. En África también fue muy interesante.
¿Conociste África?Sí, con mis padres. Viajamos con la productora Qipus que hizo un documental sobre mi padre. Pisamos la tierra de nuestros antepasado. Fue muy emocionante. Mi padre se quedó sorprendido porque todas las personas eran afros, apenas se veía gente blanca. Arribamos de noche y no pude dormir toda la noche, esperando a que amaneciera para salir a conocer todo. Visitamos lugares extraordinarios, conocimos a la gente, sus tradiciones, desde cómo comen y cómo realizan sus actividades. Visitamos un sitio ceremonial, ubicado sobre una montaña, donde se coronaba a los reyes. Ahí el rey recién coronado se queda solo, durante una semana, recibiendo sólo a autoridades. En ese tiempo debía meditar sobre lo que tiene que hacer para su pueblo.Una cultura muy fuerte fue esclavizada, ¿piensa en eso?Sí, pienso en eso y llegó a la conclusión de que sin el pueblo afro muchos países no hubiesen alcanzado el nivel que tienen hoy y por eso me siento orgulloso. Tuve la oportunidad de visitar la Casa de la Moneda en Potosí, por un lado sentí tristeza, al ver las evidencias del trato que se daba a mis antepasados, pero, al mismo tiempo, sentí orgullo porque sé que mis ancestros la construyeron, y vivo así, orgulloso.¿Cómo quieres aportar al pueblo afroboliviano? Quiero contribuir a su unidad. Cuando era niño, el señor Jorge Medina, quien fue diputado, siempre estaba organizando eventos para unir al pueblo afroboliviano de todo el país. Nos reuníamos y hablábamos sobre el rumbo que queríamos seguir. Deseo que ese tiempo regrese.
“Es necesario un reconocimiento profundo”La comunicadora social Laura Mendoza Magariño investigó durante más de un año “las manifestaciones culturales del pueblo afroboliviano”, lo que le permitió confirmar que Julio Pinedo y sus familiares vienen de una familia real de África. “Tienen reconocimiento de la comunidad de Nor Yungas, no de Sud Yungas, que pertenece a otra cultura, también africana”, sostiene.Señala que algunos afrobolivianos lograron “rastrear” sus orígenes en África incluso a partir de palabras. “Tienen un lenguaje que buscan hacer reconocer, que es una composición de palabras africanas con español”, afirma.“Es necesario un reconocimiento profundo de la cultura afroboliviana, sin prejuicios ni racismo, porque aportó al país y a la cultura, desde la música hasta la gastronomía”, dice.Fuente: https://www.paginasiete.bo