País de fantasías



Si la célebre compositora María Elena Walsh estuviera viva, tendría que actualizar su “Mundo del revés” en el que imaginó peces que vuelan y aves que nadan. Su canción debería ser dirigida a los adultos e incluir ámbitos como la justicia o la política. En un país de fantasía, patas para arriba, un asesino sería juzgado por haber robado el arma homicida y sus cómplices encarcelados por haberle vendido la pistola. La sentencia aplicaría por el hurto y no por las consecuencias. Pero no hay que pensar en ningún reino tan raro como ese, sino observar cómo están las cosas en Bolivia, donde un supuesto narcotraficante es juzgado y condenado por haber falsificado un documento de identidad, sentencia que le favorece para evitar una extradición a Brasil, donde le esperan muchas preguntas comprometedoras sobre la protección que recibió de policías, jueces y políticos. En Bolivia, el delito de narcotráfico no existió para Pedro Montenegro, pero curiosamente hay dos oficiales presos por haber amparado sus actividades ilícitas. Nadie lo hubiera imaginado, sólo pasa en este país maravilloso.

Fuente: eldia.com.bo