Murió Lydia Gueiler, la única presidenta que tuvo Bolivia


Partió una gran luchadora por el sistema democrático. Su corazón dejó de latir a las 4:00 de la madrugada de ayer

Mandato. Durante su breve interinato confrontó problemas como la inestabilidad política, la crisis económica y las exigencias de diversos sectores de presión.

imageEx presidenta, entre Paz Estenssoro y Guevara Arze. "Lydia, una mujer en la historia", de Alfonso Crespo



Página Siete, Pablo Peralta / La Paz – 10/05/2011

La edad y el deterioro de su fuerza física pudieron más que la fortaleza de lucha que siempre caracterizó a Lydia Gueiler Tejada, la primera y única presidenta que tuvo Bolivia en sus 186 años de vida, y una de las pocas mujeres pioneras que asumieron ese cargo en Latinoamérica.

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Ayer, a las cuatro de la madrugada su corazón dejó de latir. Un paro cardiorrespiratorio y el debilitamiento de sus órganos originados por su avanzada edad determinaron el fin de la vida de una de las mujeres más destacadas de la política boliviana.

Asumió la presidencia de forma interina un 16 de noviembre de 1979, a la edad de 58 años, cuando Bolivia vivía una coyuntura difícil. Afrontó el desafío cuando se desempeñaba como presidenta de la Cámara de Diputados, después de que fracasó el golpe militar de Alberto Natusch Busch, que acabó con el Gobierno de Wálter Guevara Arze. Guiler se hizo cargo de la presidencia bajo lo que se denominó entonces un “gobierno de transición”, que tuvo la tarea principal de llamar a elecciones generales y traspasar el poder al nuevo Gobierno que saliera de las urnas. Pero, ese objetivo no pudo consumarse porque fue derrocada el 17 de julio de 1980 por un golpe de Estado de Luis García Meza.

No obstante, los ocho meses que duró su mandato fueron de arduo trabajo para ella y su equipo. Gueiler no sólo afrontó la inestabilidad política que existía entonces, sino que le hizo frente a una crisis económica que obligaba a tomar medidas concretas, y, según recuerdan sus principales colaborales, debió atender diversos problemas que surgían a diario por el descontento que reinaba en esa época en el país.

Fernando Salazar, que se desempeñó como su ministro de Trabajo, recuerda que Gueiler trataba de resolver los problemas que surgían a diario con concertación y con suma paciencia. “Las exigencias venían del Congreso, de los sindicatos, de los partidos políticos, de todas partes; pero las exigencias más poderosas venían de la parte militar”, comenta Salazar.

Durante su Gobierno, Gueiler y su equipo no contaba con horarios de trabajo fijas. Las jornadas comenzaban a las 8:30 y se extendían hasta altas horas de la noche. No tenían almuerzos formales, porque la situación les obligaba a almorzar un sándwich y continuar con su trabajo de gabinete, que cuando no se realizaba en Palacio de Gobierno, se efectuaba en la residencia presidencial.

Durante su trayectoria política, que la llevó desde ser una de las personalidades destacadas de la Revolución de 1952 hasta convertirse en la primera autoridad del país, sacrificó su vida personal y familiar.

Sin embargo, su nieto Luis Eduardo Siles aclara que eso no le impidió ser una madre y abuela común, como las demás. Recuerda que durante su presidencia “la mayor parte de sus actividades estaban concentradas en parte política, su vida privada pasó a un segundo plano. Aunque la ventaja de mi abuela era que no tuvo gran familia, pero siempre cumplió con su rol de madre y abuela”.

Siles expresa que Gueiler tuvo dos razones profundas de lucha: la cuestión de género, expresada en la igualdad de oportunidades, que la llevó de vivir en una época en que ninguna mujer votaba a ser presidenta; la segunda es su lucha por la democracia, para que ésta sea totalmente “genuina”.

Por esa lucha, arriesgó su vida el día que se quedó hasta el final -pudiendo irse- en el Palacio de Gobierno, cuando los militares dieron un cruento golpe de Estado a su interinato.

Trayectoria política

Deceso. Lydia Gueiler Tejada murió de un paro cardiorrespiratorio la madrugada de ayer, a las 4:00. Falleció en su hogar junto a su familia.

Luchadora. Fue una de las protagonistas de una huelga de hambre en 1951, que pedía la liberación de presos por razones políticas.

La única. Fue la primera y única presidenta que tuvo Bolivia en sus 186 años de vida independiente. Duró ocho meses en ese cargo.

Pionera. La ex presidenta Gueiler fue pionera en acceder al cargo presidencial en la región, después que María Estela de Perón asumiera la presidencia de Argentina en 1974.

Transición. Se hizo cargo de un gobierno de transición que tenía la tarea de llevar al país hacia un nuevo gobierno elegido en un proceso democrático.

Difícil. Tuvo un mandato complicado debido a la coyuntura marcada por la inestabilidad política, la crisis económica y las exigencias de varios sectores.

Evo Morales. El presidente Evo Morales dijo estar conmovido por la muerte de la ex presidenta Gueiler, a quien calificó como “luchadora por los derechos democráticos de los bolivianos”.

COB. Pedro Montes, secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, lamentó la muerte de la ex presidenta y expresó a su familia sus condolencias por la irreparable pérdida de una “mujer de lucha”.

Partió una gran luchadora por el sistema democrático

El golpe militar del dictador García Meza puso fin a su interinato

imageEx-presidenta. Desde su juventud, demostró un carácter férreo que la llevó a las luchas políticas y sociales. Militó en el MNR. Llegó a la primera magistratura en 1979.

Página Siete, Marco Zelaya / La Paz – 10/05/2011

Si algo caracterizó a la ex presidenta de la República Lydia Gueiler Tejada fue su constante lucha política y social.

Según su biógrafo, el escritor Alfonso Crespo Rodas, su férreo carácter de luchadora se hizo patente cuando, a contracorriente de las opiniones reinantes, se casó con un prisionero de guerra paraguayo, el capitán Mareirián Pérez, cuando apenas tenía 19 años y era una joven a la que, más que la política, le gustaba jugar tenis. Cuando terminó la Guerra del Chaco, se fue a vivir con su esposo a Asunción, donde nació su única hija, María Teresa. Años después, esa relación terminó y Lydia retornó al país para establecerse en La Paz, donde trabajaba en el Banco Central de Bolivia; en oportunidad de una huelga en esa institución estatal, ella se comprometió a fondo con ese movimiento. “’Fue en esa ocasión que se encendió en mí esa llama ardiente de reivindicación social que me devoraría el resto de mi vida”, le dijo a Crespo.

Posteriormente, en 1948, juró como militante del MNR y participó desde el llano, y como “la Gueiler”, en los sucesos previos a la Revolución del 52, conoció entonces a Hernán Siles Zuazo y a Wálter Guevara Arze. El primero de ellos le anunció el 8 de abril, por teléfono, que al día siguiente tomarían el poder. “La labor de la mujer en las filas revolucionarias durante la insurrección fue realmente encomiable y digna de mención.

La mujer revolucionaria templó su espíritu en la lucha callejera y compartió con el hombre los riesgos y los peligros”, rememoraría años después.

Después del período de las dictaduras militares que frenaron el proceso del 52, Lydia Gueiler llegó a la presidencia de la Cámara de Diputados, cuando la elección en el Congreso entre los dos ganadores de los comicios de 1979, Hernán Siles Zuazo y Víctor Paz Estenssoro, se empantanó; como fórmula de conciliación, se resolvió que Wálter Guevara Arze ejerciera por un año la primera magistratura, pero el golpe del Gral.

Alberto Natusch Busch interrumpió ese mandato; sin poder y sin apoyo internacional, el militar tuvo que dar un paso al costado y el 16 de noviembre de 1979 Lydia Gueiler llegó al poder.

No obstante, el limitado tiempo que estuvo en el poder no fue suficiente para luchar contra la crisis que azotaba al país, pero sí para impulsar las elecciones de 1980, en las cuales nuevamente ganaron Siles Zuazo y Paz Estenssoro. El sangriento golpe de Estado del Gral. Luis García Meza del 17 de julio de 1980 puso fin a su interinato.

Pero tras ese breve período en el Palacio Quemado, la ciudadanía la identificó como uno de los referentes de la democracia en el país. Hace poco fue convocada para que conformara el consejo de ex presidentes que asesorarán al presidente Evo Morales en política marítima, pero ella declinó a la invitación por razones de salud.

En sus últimas intervenciones públicas, destacó los valores de la tolerancia y de la igualdad entre hombres y mujeres en la actividad política. La democracia ha perdido a una de sus más tenaces luchadoras.

Oscar Peña Franco, ministro

“Vivía obsesionada por lograr que se consiga el retorno al sistema democrático. Su momento más feliz durante la presidencia fue cuando finalmente se realizaron las elecciones, pero a la vez muy pocos días después se produjo la gran frustración de su vida que fue que los militares dieron el golpe de Estado cruel que acabó con su gobierno”.

Salvador Romero, fue ministro

“Es difícil hablar de días normales en la presidencia de Lidia Gueiler. No hubo un solo día que no hubiese una huelga, un paro un bloqueo, amenazas del ejército, que hacían que todos los días salgan de los normal. La señora Lidia solucionaba los problemas con mucho coraje y mucha valentía, intentando preservar la fecha de elecciones”

Fernando Salazar, fue ministro

“Ella tenía en mente una sola cosa: el convocar a las elecciones nacionales, para que haya un nuevo gobierno que fue el mandato que ella tenía de parte del Congreso. Hasta el último momento peleó porque eso pueda llevarse a cabo, pero no pudo hacérselo porque pesó más la fuerza bruta y la angurria de poder que tenía Luis García Meza”

Decretan 30 días de duelo nacional por su muerte

El Gobierno del presidente Evo Morales declaró duelo nacional en Bolivia de 30 días tras el fallecimiento de la ex presidenta Lydia Gueiler Tejada (1979-80), de 89 años, en la ciudad de La Paz.

“Se declara duelo nacional por el fallecimiento de la ex Presidenta de la República de Bolivia ciudadana Lydia Gueiler Tejada en todo el territorio del Estado por treinta (30) días, sin suspensión de actividades públicas ni privadas”, afirma el texto de un decreto presidencial expedido ayer en la gubernamental ABI.

En virtud de este decreto “la bandera del Estado Plurinacional de Bolivia será izada con crespones negros en los edificios públicos” del país.

El decreto considera “que en su trayectoria pública” Gueiler “fue diplomática en Alemania Occidental, Colombia y Venezuela; diputada nacional entre 1956 y 1964, y en 1979 Presidenta de la Cámara de Diputados y, como tal, fue gestora de la institución del 11 de octubre como Día Nacional de la Mujer Boliviana, en homenaje a Adela Zamudio”.

Morales expresó “su más hondo pesar y consternación por el sensible fallecimiento de la ciudadana Gueiler Tejada”, reza el decreto.

Tras varios meses de decaimiento físico propio de su avanzada edad, Gueiler Tejada falleció en paz, a 110 días de cumplir 90 años, en su residencia de la zona sur de La Paz.


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