Wálter ArrázolaSanta Cruz ha sido herida de muerte: primero fue la reserva del Choré, ahora la Chiquitania con el Valle de Tucavaca. Se ha ejecutado y cumplido el plan macabro del gobierno de Evo Morales, de colonizar y destruir nuestra cultura, nuestra naturaleza, nuestras costumbres y estilo de vida. Las reservas naturales y forestales han sido entregadas como un botín político y de guerra, han violado a quien estuviese en su paso. El objetivo es traficar tierras, expandir la hoja de coca para el narcotráfico y crear reductos y enclaves electorales para el MAS, en una geopolítica del poder. Duele ver cómo la maldad y la angurria del poder destruyen todo a su paso. La historia no los perdonará, yo tampoco. No nos van a destruir, no nos van a doblegar. No pasarán.