Control o riesgo


Brian Alfonso Morón V.*A pesar de que algunos medios amigos intentan dar ánimos a la candidatura de Carlos Mesa la verdad es que después de nueve meses de caídas la tendencia está marcada. Mesa no ha conseguido encontrar su sitio en el tablero electoral y se ha ido encerrando en un cúmulo de contradicciones difíciles de comprender.Seguramente Mesa no fue el mejor presidente de nuestra historia, y tampoco es el mejor político de los que se presentan en esta campaña, pero nadie puede negar que es de largo el mejor comunicador.De hecho, es casi su único valor. Mesa no llegó a la política por ser un analista de prestigio, ni por sus tesis doctorales, ni por ser un estadista ni un hombre de firmes convicciones. Goni incorporó a Mesa a la política por ser un famoso comunicador.Por eso su campaña es un desastre, porque sus estrategas, o él, decidieron que el mejor comunicador de esta campaña no comunicara. Y se encerró en la supuesta modernidad de Twitter para mostrar que era un hombre de su tiempo.Me parece imposible que sus estrategas decidieran silenciar al comunicador y sólo me resta pensar que es el propio carácter de Mesa el que lo lleva a no exponerse y a declarar temas tabú aquellos a los que no quiere responder. Mesa sigue creyendo que quien controla la agenda gana y que la mejor forma de que los temas negativos desaparezcan de la agenda es no respondiendo y contando con la complicidad de la prensa amiga. Pero en la época de la transparencia y de las redes el control es una fantasía inabordable, incluso para los gobiernos o para los medios.Control o riesgo, esa es la cuestión. En una campaña como ésta el que no arriesga no gana y Mesa no ha querido arriesgar nada. Un planteamiento conservador, controlador, desde su equipo, su vicepresidente, su discurso, su imagen y su estrategia que le han conducido a una soledad que se percibe en sus apariciones.Todo lo contrario que Ortiz, que conocedor de que no tenía nada que perder y el mundo por ganar, se echó a campo abierto sabedor de que cada paso que da construye su futuro y el de Bolivia. Reclamarle a Ortiz la cicatería estratégica de Mesa no es más que la desesperación de quienes apostaron por un caballo que no corre.Y eso hace que esta campaña, en su conjunto, esté resultando desfavorable para un candidato que no ha encontrado ni portavoz, ni acompañante, ni organización, ni estrategia en todo su recorrido.El que no arriesga no gana, el que calla otorga, y al final, los últimos serán los primeros. Demasiadas sentencias.*Abogado