Los aficionados a las naves voladoras, -además de los que abundan en el Gobierno, por supuesto-, estarán de plácemes pues ahora tienen la oportunidad de ver “en persona” a sorprendentes aparatos que están colaborando en los trabajos de mitigación de los incendios de la Chiquitanía. El primero en deslumbrar fue el Boeing 747 Supertanker, cuyas dimensiones son impresionantes. Han llegado helicópteros desde Perú que no habíamos visto, aunque los más ausentes son los que pertenecen al Gobierno boliviano, que en los últimos años compró cerca de 20 y sólo ha facilitado cuatro de ellos para combatir el fuego. “La generosidad empieza por casa”, dicen, pero eso no aplica en Bolivia, al menos no durante el “proceso de cambio”. El hecho es que también ha llegado un gigante de Rusia, el famoso Antonov y a bordo el icónico helicóptero de dos hélices, el Chinook, de fabricación norteamericana, que se hizo célebre en los conflictivos años 60. Precisamente el más sorprendido con estos aparatos facilitados por la cooperación estadounidense, sería Hugo Chávez, quien soñaba con desatar un Vietnam en Bolivia. Afortunadamente no tuvo suerte, cosa que no se puede decir de su propio país donde viven una situación de guerra. En nuestro país, en lugar de bombas, estos helicópteros están arrojando agua para apagar el desastre ocasionado por el régimen actual.
Fuente: eldia.com.bo