El pueblo de Evo todavía pasa hambre; el fantasma de los ‘chutos’ se pasea cerca de Orinoca


Vida. El Presidente le dio una carretera nueva y otras obras a Orinoca, pero sigue pobre De las 5.000 personas que la habitaban hace 10 años, ahora solo quedan 2.000

image Realidad. Los niños juegan y tocan la zampoña cada que llega un visitante. Muchos viven con ayuda de los ancianos.



El Deber, Roberto Navia y C. Dorado

El pueblo de Evo todavía pasa hambre

A Orinoca se la ve por el horizonte. Está maquillada. Su hijo predilecto le ha hecho unos regalos y ahora luce diferente. Antes no estaba ni siquiera en el mapa de la República y ahora una carretera asfaltada llega hasta sus puertas y desde lejos se ve un coliseo cerrado, flamante y anaranjado, y a un lado las graderías de un estadio donde puede sentarse cómodamente todo el pueblo. Esta es la Orinoca de Evo Morales, el cantón de su nacimiento ubicado a 170 km de la ciudad de Oruro, el espacio perdido en el desierto altiplánico que sigue desangrándose por el fenómeno de la migración. Esta es también la comunidad que ahora cuenta con una infraestructura de obras civiles impensables hasta hace seis años, cuando el ‘niño mimado’ del pueblo aún no era el presidente de la nación.

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Orinoca ha cambiado, sus pobladores están contentos pero sienten que el principal problema no ha sido atacado. La extrema pobreza sigue de pie. De las 5.000 personas que la habitaban hace 10 años, ahora solo quedan 2.000, y de los 168 niños que estudian en la escuela primaria, la mitad vive sin sus padres e incluso sin una persona mayor porque los adultos se han ido a buscar mejores días a otros lugares. El 80% de la población está compuesta por menores de edad y por ancianos.

El hombre que maneja estos datos es Santos Choque, el excompañero de escuela y exvecino de Evo Morales que ahora es corregidor y director de la escuela de Orinoca.

En su oficina de director, la habitación está empapelada con fotos de Evo Morales. Es a ese hombre al que le piensa entregar una lista de solicitudes en una próxima visita que haga al pueblo. Quiere pedirle que los orinoqueños sean sujetos de crédito; ahora no lo pueden ser porque no tienen qué poner de garantía para un financiamiento o porque la edad no favorece a la mayoría: o son menores o bien son ancianos.

Los adultos están en pueblos lejanos y no se animan a retornar. Manuel Condori es uno de los tantos que se han ido. Él ahora vive en la ciudad de Oruro y trabaja en el sector del comercio. Retorna a Orinoca por un día, en octubre, cuando se elevan plegarias a San Francisco de Asís, el patrono de sus habitantes.

Como en el pueblo no hay fuentes de trabajo y la tierra está golpeada por la sequía y por las heladas, los adultos vienen practicando una migración que se refleja en las puertas de las casas que están con candados forrados con gomas para evitar que la escarcha del altiplano los deteriore con el paso de los años.  

En Orinoca casi no circula el papel moneda. Hay poco para comprar y casi nada para vender. La única tienda comercial que existía frente a la plaza ya no está y la ventita de la esquina de la calle principal soporta una bancarrota.

Cuando llega algún turista hambriento antes de comprar una galleta de Bs 5 tiene que preguntar si existe cambio para un billete de Bs 20. Los jóvenes, cuando salen bachilleres, tienen tres opciones, se mudan al cuartel, alistan sus maletas para irse a los talleres de costura de Buenos Aires o San Pablo, donde muchos son reducidos a condiciones de servidumbre, o como es el caso de Manuel Condori, se instalan en una acera del mercado de alguna ciudad para vender chucherías.

Los que prefieren quedarse gastan su juventud arreando llamas y haciendo milagros para que la tierra seca produzca papa y otros alimentos.

El acceso a la cuna del presidente es por ese camino de tierra que ahora está siendo convertido en una carretera asfaltada, por donde circulan camiones que ofrecen el servicio de carga y de pasajeros hacia Oruro tres veces por semana. El beneficio que ven a la nueva ruta es que acortará el tiempo de viaje hacia la capital, de siete horas a tres, que servirá para sacar la producción de alimentos y carne de llama a los mercados, también facilitará el auxilio de enfermos a hospitales de zonas más pobladas. “Si no hay un incentivo a la producción y a la generación de empleo, la carretera será una obra fantasma”, vaticina Fanny Colque, una anciana de Orinoca que dice conocer a Evo desde que este era amamantado por su madre, María Ayma Mamani. 

El asfaltado de la carretera forma parte de la construcción del circuito caminero de 132,8 km en el lado oeste del Lago Poopó, desde Copacabanita hasta el municipio de Pampa Aullagas, pasando por el cantón de Orinoca, donde nació el presidente Evo Morales.

José Villca, secretario de Obras Públicas de la Gobernación de Oruro, informó de que los cuatro tramos que faltan por construir, (dos ya están terminados), demandarán una inversión de Bs 229 millones ($us 32,8 millones), y cree que la conclusión de la obra se postergará hasta 2012. Villca explicó que se trata de una ruta que forma parte del circuito del lago Poopó, con un fin turístico, aunque también apunta a apoyar la producción y exportación de camélidos (carne y lana de llama y vicuña), quinua y cebollas orgánicas cultivadas en las comunidades circundantes, como Andamarca. El secretario de la Gobernación asegura que el hecho de que Orinoca esté en el trayecto no ha influido para que se agilice la obra.

En varios tramos se ven máquinas trabajando, campesinos que transitan a pie o en bicicleta y ranchos cuyas casas de adobe quedaron abandonadas. Villca reconoce que existe mucha migración, pero asegura que se impulsarán proyectos para evitar mayor abandono, como la instalación de talleres artesanales y fábricas de bluyín.

El hijo del pueblo es un fiel visitante. Así lo demostró tras ganar las elecciones para presidente en diciembre de 2005. Acudió a los brazos de los abuelos del pueblo para agradecer por el triunfo. Don Santiago, un anciano que ya olvidó su edad, se siente orgulloso por haber sido amigo de don Dionicio, el padre del presidente, y recuerda que la última vez que llegó Evo a Orinoca fue en abril pasado, cuando prometió Bs 20 millones para construir un ‘moderno museo de la revolución cultural’, de tres bloques, cada uno con tres y cuatro pisos.

Otro anciano recuerda que en una de sus últimas visitas de Evo, su hermana Esther le tiró de las orejas porque la casa que tiene el primer mandatario en esa población estaba descuidada. Es un cuartito de unos cuatro metros de largo por tres metros de ancho, tiene una puerta y una ventana que se abren solo cuando él quiere descansar alejado de la bulla del poder. Allí se dice que desde que es autoridad no se ha quedado a dormir, o si lo ha hecho, el asunto se ha convertido en un secreto de seguridad nacional.

Orinoca también es fiel al presidente. El MAS nunca ha perdido una elección ni para las contiendas nacionales, municipales ni para la disputa para gobernadores. Con esos antecedentes, dice el corregidor Santos Choque, el pueblo de Evo no solo quiere contar con un coliseo, con un estadio o con una carretera asfaltada, sino que también añora salir de la extrema pobreza.

Los niños se crían solos y llaman ‘tíos’ a los adultos

Los niños se agrupan en las esquinas de las calles de Orinoca y lo hacen para escapar del frío que empieza a reinar con fuerza a partir de las cinco de la tarde. Muchos viven solos en casitas de adobe donde antes compartían sus días con sus padres que se marcharon en busca de trabajo. Para ellos, la presencia de un adulto es novedad y para ganarse el cariño y alguna ayuda material dicen a todo el que ven ‘hola tío’.

A René, un niño de diez años, le gusta que un adulto le sobe la cabeza y le prometa que sus padres pronto volverán del campo donde fueron a cuidar el cultivo de papa. Después de la escuela y de calentar el cuerpo agrupado con sus amigos en una esquina de Orinoca, Santiago se va a su casa y hace hervir papas y cocina el charque que le regala algún adulto o anciano.

Otros, como David Gutiérrez (11) o como Neftalí Mamani, de cuatro años, cada vez que ven a una persona mayor tocan sus zampoñas para llamar la atención y para que les conviden un pedazo de pan.

En Orinoca, el Gobierno ha construido un inmueble para que funcione un internado con el fin de que los niños que no viven con sus padres puedan conseguir refugio. Pero hay un problema. El corregidor Santos Choque dice que la infraestructura no puede funcionar sin el equipamiento necesario. Choque también pide que el colegio de Orinoca, que ya cuenta con un moderno edificio, sea beneficiado con instrumentos que permitan revolucionar la enseñanza en ese jirón patrio. Quiere que la red de Internet sea parte de la vida de los estudiantes y lamenta que ahora solo sea un servicio en etapa experimental.

La salud también preocupa. Un grupo de madres que ha decidido no migrar hasta que sus hijos puedan preparar su comida sin quemarse, lamenta que el servicio médico no pueda tratar enfermedades más allá de una diarrea o de un cólico. Prefieren acudir a la medicina tradicional que es más barata.

    El viaje   

Trayecto. La ruta que se construye en la zona tiene una extensión de 132.8 kilómetros de longitud que comprende los tramos: Copacabanita-Laka Laka, -Acceso Copacabana, Abaroa, Orinoca, Ancorcaya y Pampa Aullagas. Estos dos últimos tramos ya están concluidos, por lo que el asfalto de la carretera llega hasta el pueblo del primer mandatario.

Financiamiento. El presupuesto para obra proviene de los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) de la Gobernación y los municipios beneficiados. Quieren impulsar la actividad turística y productiva con esta obra.

Aquí nació el presidente   

Ubicación. Orinoca se encuentra en el municipio de Andamarca, en la provincia Sud Carangas del departamento de Oruro, a 170 kilómetros de la capital.

Economía. Los habitantes se dedican a la producción de papa y otros alimentos agrícolas, así como a la crianza de llamas y vicuñas.

Política. El MAS manda en Orinoca. La Subalcaldía y el corregimiento están en manos del partido de Evo Morales. La población tampoco lo ha defraudado en otras contiendas electorales, ya sean municipales, departamentales o nacionales.

Vía de comunicación. Para salir de Orinoca, la única alternativa eran los camiones con carrocería de madera, que hacen viajes al pueblo tres veces por semana. Ahí los pasajeros van parados. La esperanza que tienen los pobladores es que cuando se termine de construir la carretera, lel flujo del transporte público aumente.

Turismo. Tanto esta comunidad, como otras cercanas, tiene una vista privilegiada al lago Poopó.

Circuito. Esta zona está incluida en un circuito de turismo que lleva a sitios de paisajes impresionantes en el altiplano boliviano. En esta época dicen que recién empieza la buena temporada turística, pero en el recorrido periodístico no se vio movimiento de este tipo por la zona.

Camino. La entrada al pueblo está asfaltada, lo que marca un gran cambio. Por la zona se construye la ruta que comunica desde Copacabanita hasta Pampa Aullagas. Entre ambos puntos hay unas seis comunidades tan pequeñas y poco habitadas que no figuran en los mapas.

Estructuras. La iglesia y el corregimiento son los dos edificios que no han sido mejorados. Ambas infraestructuras se caen a pedazos. Con el fin de conseguir la atención del Gobierno, las autoridades de Orinoca pedirán asistencia del Ministerio de Cultura para evitar que el tiempo siga deteriorándolas.

Escuela. La escuela de Orinioca funciona desde 1933 y su primer profesor fue Víctor López. Este educador tuvo que ausentarse del pueblo para enrolarse en las tropas que fueron a defender Bolivia en la Guerra del Chaco. Quien remplazó a López en las aulas fue el mejor alumno del curso. El primer maestro nunca más retornó a Orinoca. Obra. Un gran coliseo, así como un estadio fuera de serie resaltan desde lo lejos. Son parte de los regalos del presidente, el orinoqueño más ilustre.

El fantasma de los ‘chutos’ se pasea cerca de Orinoca

Vida. Las rutas del contrabando varían cada vez. El negocio ilícito se vale de todo.

imageRutas El altiplano es extenso y por los caminos troncales y provinciales suele hacer de las suyas el contrabando. Pisiga, entre otros pueblos, es una zona ‘caliente’

El Deber, Roberto Navia. Orinoca

El fantasma de los autos ‘chutos’ se pasea por las cercanías de Orinoca. La cuna del presidente Evo Morales está cerca de la zona del circuito de contrabando de vehículos indocumentados que ingresan desde Chile por rutas vigiladas a medias por el Control Operativo Aduanero (COA).

El único policía que el martes por la tarde estaba en su despacho, una habitación de adobe que se encuentra dentro del Corregimiento y que se cae a pedazos frente a la plaza principal, dice que algunos de los vehículos sin papeles que son internados a Bolivia desde el puerto chileno de Iquique suelen pasar por caminos que están por lo menos a 45 kilómetros de Orinoca.

Germán Alvarado es el policía que está de turno y dice que en el pueblo existen cuatro oficiales asignados por el comando de Oruro, dos trabajan en periodos que duran una semana y los otros dos descansan. Cuenta que esa cantidad de uniformados sirve para garantizar un ambiente de paz que por momentos se ve amenazado con peleas callejeras de jóvenes en estado de ebriedad, por discusiones pasajeras de parejas o por robos de bagatela.

Entonces, luchar contra el contrabando no figura entre las tareas asignadas, a no ser que encuentren a alguien in fraganti, cosa que no ha sucedido por lo menos desde Carnaval, que fue cuando él empezó a trabajar en Orinoca. 

José Villca, secretario de Obras Públicas de la Gobernación de Oruro, y Pedro Ramos, director de la Unidad de Turismo y Cultura de la Gobernación, consultados sobre la proximidad de la ruta de los autos chutos que ingresan de Chile a Bolivia, coinciden en que por años el contrabando se ha dado modos para abrirse espacio, por lo que están contemplando la creación de un plan de seguridad y estricto control por parte del Servicio Departamental de Caminos, no solo para evitar que los ‘ilegales’ usen esta ruta, sino también para garantizar la sostenibilidad del mantenimiento de las rutas.

Remigio Choque, habitante de Orinoca, aclara que por la zona urbana del pueblo, donde nació Evo Morales, nadie intenta transitar con un vehículo sin documentos. Coincide en que la ruta del contrabando está en las afueras del pueblo, perdida en el paisaje altiplánico, donde existen caminos de tierra que conectan a varias regiones con otras ciudades capitales de Bolivia.

Orinoca es un cantón del municipio Andamarca de la provincia Sud Carangas, del departamento de Oruro, y su principal ruta de acceso es la que nace en la ciudad de Oruro y que, 71 km más allá, aparece un camino que se debe seguir y que ahora está siendo asfaltado.

Pero existen otras rutas alternativas que comunican decenas de poblaciones asentadas en el extenso altiplano. El corregidor, Santos Choque, dice que el contrabando no forma parte del estilo de vida de los habitantes de Orinoca y que prueba de ello es que gran parte de su gente ha preferido emigrar, que someterse a una actividad ilícita.

“Aquí somos pobres pero honrados y trabajadores”, dice el corregidor Choque, y aclara que los autos chutos puede que estén transitando por poblaciones distantes por lo menos a 25 kilómetros de Orinoca, pero que no comprometen a los que habitan en la cuna del presidente.

    La ley   

Sin control.  Entre Copacabanita y Orinoca no existe ningún puesto de control policial. La tranca más  cercana es la que se encuentra en las afueras de la ciudad de Oruro.

Bárbaros. El 8 de junio, el presidente Evo Morales promulgó la ley que autoriza la nacionalización de autos ‘bárbaros’. La norma establece, entre otras cosas, por única vez un programa de saneamiento legal de los vehículos automotores que funcionan a gasolina, gas natural vehicular y diésel que deberán registrar ante la Aduana Nacional de Bolivia por sus propietarios en los siguientes 15 días hábiles, a partir de su publicación.

Legal. El anteproyecto fue preparado desde el año pasado para que exista una normativa diferente al Decreto Supremo 29836, que prohíbe la importación de motorizados con una antigüedad mayor a cinco años.

Consecuencia. La primera reacción después del anuncio de dicha ley causó un aumento en la internación ilegal a Bolivia de los vehículos indocumentados. Las autoridades de Gobierno anuncian que los vehículos internados de forma ilegal y fuera de tiempo serán detectados y decomisados.