La “Revolución Pitita”, nombre que ha adquirido el movimiento iniciado el pasado 20 de octubre, no solo es un acontecimiento histórico, sino una nueva actitud asumida por el ciudadano, que nunca más dejará los asuntos importantes de la ciudad, el estado o cualquier otro problema social en manos de los políticos, sin la supervisión de la gente. Los más optimistas creen que esta combinación de entusiasmo, juventud y redes sociales será capaz de generar una nueva gobernanza y lograr así la ansiada eficacia y la correcta orientación de los políticos, que frecuentemente se adueñan del poder, pero a menudo olvidan para qué sirve. Movimientos como el “Pitita” hay muchos en el mundo y todos son pacíficos y proactivos. Hay partidos y gobiernos que dialogan con ellos y se nutren de sus propuestas. Otros esperan a que surjan movimientos como el de Chile o de Colombia para actuar.
Fuente: eldia.com.bo