Oscar E. Lazcano H.
Sin duda este instituto nace para calificar honores, con el añadido de doctor, apropiado al ser humano que aporta a la ciencia, a la investigación académica, por extensión a quien practica virtudes morales y sociales en beneficio de la humanidad. Curiosamente es un latinajo que se origina en la época medieval y en las universidades europeas, probablemente, en los siglos XIV y XV del renacimiento como transición del oscurantismo de la intolerancia que da paso al idealismo abierto transformando los valores de la humanidad que considera al individuo portador de virtudes eternas. Como toda causa humana no tardó en ideologizarse, politizarse y hasta envilecerse tal cual ocurre.
A nadie sorprende los sesgos que torciendo aquellos parámetros para conceder el título de Doctor Honoris Causae a quien lo merece, ya no tiene por “causa” el respeto a sus semejantes en plural y singular. Hoy, este reconocimiento, se lo dan a cualquiera y cualquiera puede recibir estos honores (hasta tiranos) que terminan convirtiendo a quien lo otorga y a quien lo recibe en inmorales viles y serviles que deshonra, humilla y vitupera a la humanidad entera.
Muchos tiranos de la historia lo recibieron (o han sido nominados) basta citar los recientes Fidel Castro, Hugo Chávez Frías y Evo Morales. ¡Cuánto dolor me causó haber visto que la noble Universidad precursora de la Autonomía Universitaria que cuajó en toda América contra toda forma de tiranía, aquella cuna de libertades de Argentina de la bella Córdoba “la docta” por la que transité en alguna época de mis mocedades, y alguien o algunos tiró por los suelos su prestigio!
Fuerzo mi mente para entender el por qué se ofendió a quienes amamos sus claustros sagrados, que hicimos culto de la divisa de haber sido bastión del juramento de combatir las tiranías. Sin más ni más, hace de Evo Morales un doctor honoris causa y ahí nace mi mortificación sentida, tratando de entender si fue al símbolo de una indigenidad bien merecido u olvidó que tras éste, sin importar origen, formación u otro mérito le haya concedido semejante título. Si fuera un semejante a Mandela, a Mahatma Gandhi o a otro gigante de la historia: ¡bien merecido el homenaje! Pero ¿qué hay detrás del símbolo?…
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Y ahí va el contraste. Simplemente haber ofendido al Gran Pueblo Argentino porque “el sistema o el símbolo”, no solamente es que Evo Morales invitó a un asesino de los judíos de una comunidad argentina como es el iraní Vahidi y no importan las disculpas ¿qué hay detrás de la relaciones con Iran?… y con esto basta para entender las propias palabras del homenajeado: “a mí me quieren más en la Argentina que en Bolivia” ¿Subconsciente o conciencia plena de las atrocidades que hace en su Nación?… Bolivia amordazada, cientos de seres humanos perseguidos por el delito de pensar diferente, decenas en las cárceles sin debido proceso.
Nobles indígenas excluidos a quienes quemaron sus casas, pueblos indígenas humillados por la represión armada por pedir una planta de cítricos. Discriminación abierta y ejes políticos — ideológicos formados por Irán, Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Odio mortal y más humillación usando el poder totalitario contra todo aquello que manifieste respeto a la cultura occidental y verán el insólito caso de montar elecciones para elegir magistrados, del mismo signo, donde no caben aquellos (abogados o no) que sientan de verdad el inmortal ius, el valor de la iura y el iure, excluidos desde el cedazo unipartidista que enseñorea en la Asamblea Plurinacional de un solo sesgo.
¡Claro! Argentina no vive este proceso. Ama el folklore ajeno y se alimenta de él ensalzando lo que no ve más allá de la bella saya, de la simbólica wipala o de la simbiótica morenada indígena colonial, porque el kimsacharani (látigo) que no es símbolo funciona bien en Bolivia y después de mí el diluvio. Ofende a millones de argentinos enviando “saludos” a Fidel Castro y a Hugo Chávez de la otra Patria Americana que también son “honoris causa” así revienten sus pueblos sometidos.
Lo dije y sostengo mil veces y Dios es testigo de lo que afirmo. En Bolivia se gestó una revolución profunda a favor de nuestros indígenas originarios y esto no tiene vuelta, no tiene comienzo en y con Evo Morales sino en la reparación de una secular ignominia de la que –también- participó Argentina con su propia página negra que redujo al 1% a los originarios con Julio Argentino Roca (¿tiene culpa alguna la Argentina de hoy?) y de eso se aprovecha un movimiento mundial criminal y del propio Evo que cayó en el lazo de esa conjura internacional y el mundo no se da cuenta o se da, alentando un plan diabólico donde todo es útil para destruir la tolerancia, la no discriminación, la libertad, la vida y naturaleza respetada, la paz mundial, la América multiétnica donde Argentina ocupa lugar privilegiado con descendencia europea.
Carolina Scotto es el nombre y apellido europeo e hipócrita de semejante falsía. La quisiera ver viviendo en Bolivia, la de adentro, repitiendo aquello que dijo desde el fácil palabrerío de su cómoda posición de mala académica y peor investigadora donde confluye su subjetividad: “Pero seríamos además prejuiciosos si como universitarios nos creyésemos protagonistas excluyentes o actores principales de los procesos y los esfuerzos que nos permitan a todos conseguir una vida mejor, una vida más justa” Destacó desde su subconsciente: “seríamos prejuiciosos”, “protagonistas excluyentes”, “actores principales de los procesos”…¿Cuál proceso?… ¿El del signo totalitario que será un estallido social de inimaginable daño? Será muy tarde ante lo que comienza de manera criminal como pandemia brutal de una fractura ideológica – política anarquista como pasó con la Revolución Cultural China con millones de muertos, con las purgas estalinistas o en los paredones cubanos.
Allá caminan sus teorías de una vida mejor, una vida más justa señora Scotto que alabó al otro criollo que cambió de nombre de Robespierre a Álvaro García Linera segundo de a bordo del barco de Evo Morales recordando sus frases: “Evo simboliza el quiebre de un imaginario, el imaginario asociado a la subalternidad y a la marginación de los indígenas”… ¡Que frases del colectivo imaginario mundial tan bien utilizadas!
Queda escrita la reflexión no la suya, sino aquella de los sensatos respetando credos, razas sin discriminación alguna, con libertad y sin “totales” finalmente. ¡Qué pena para el gran pueblo argentino tener esta clase de oportunistas usando a Evo Morales en la Universidad Nacional de Córdoba!
La Historia Paralela – Buenos Aires