Carta abierta a la Presidente de Bolivia
Estimada Jeanine Añez, Presidente de Bolivia:
Cuando supo que era la posible presidente de Bolivia, por circunstancias de convulsión social, en sus primeras apariciones se la notaba insegura, nerviosa y despertaba piedad. Debido a que en cada conferencia o entrevista le lanzaba algunas lágrimas.
Pasaron los días, usted se afianzaba como una mujer líder, segura de sí misma y con las convicciones de que si llegó al alto cargo de la Presidencia del Estado, no solo se debía a la sucesión constitucional en la Asamblea Legislativa Plurinacional, sino que Dios la puso ahí por una misión fundamental: pacificar el país, que lo logró por el momento y encaminar un proceso electoral transparente, democrático, amplio y con las garantías suficientes de que el voto del ciudadano será respetado. Tarea pendiente.
No comparto la línea del partido que usted representa, como son los Demócratas, pero la respeto como mujer y como presidente de Bolivia, y por ello me atreví a escribirle esta carta abierta, que espero que algunos de sus amigos, asesores, ministros, compañeros o militantes le hagan llegar, porque lo hago con la firme convicción para que su conciencia le pueda dictar el mejor camino que deberá tomar, además para ayudarle a evitar que no cometa un grave error en su corta trayectoria política.
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Sin duda, el poder gusta, seduce, emborracha, trae muchos privilegios, el mundo se rinde a sus pies, es adorada, respetada, querida, odiada y el poder también corrompe y lleva a cometer injusticias y maldades. Estoy seguro de que hay cantos de sirena que la vienen endulzando sus oídos, bajo el argumento de que usted es una “buena candidata para las elecciones que se avecinan”, “que podrá ser la próxima presidenta constitucional de Bolivia por cinco años”, “que es la mejor carta que tienen los Demócratas” para hacerle frente al MAS, partido que ya no disputará la presidencia con Evo Morales.
Esos cantos de sirena vengan de donde vengan, le sugiero que no los escuche, ni lo tome en serio. En política siempre hay intereses, y quien le viene susurrando esos cantitos la quieren usar para fines determinados, pero no con claros y honestos propósitos.
Soy un ciudadano, que no represento a nadie, ni hablo por nadie. Solo me dicta mi conciencia y mis convicciones por la democracia, por la libertad, por la justicia, por la igualdad, por la no discriminación, además de mi militancia por los derechos humanos a través del periodismo y en mi paso por la Defensoría del Pueblo.
Esto me da la autoridad moral para solicitarle que no se deje seducir por esos endulzantes cánticos de sirena, que la impulsan a ser candidata a la Presidencia. Usted tiene una misión, el país está esperanzando que acabe con su gobierno de transición y entregue el poder al candidato que salga vencedor de las próximas elecciones nacionales.
No cometa un traspié, ni error grosero de lanzarse a esta aventura electoral, que usted sabe se viene con todo: guerra sucia sin tregua, campañas electorales de todo calibre, uso de las redes sociales, recursos económicos a manos llenas, etc.
Medite, capacite, decida y siga esta ruta de la transición, que por el momento lo está haciendo bien, y por Bolivia, que dice usted amar y defender, no haga la estupidez y la arrogancia de ser atrapada por los intereses mezquinos de los que le vienen diciendo que usted podría ser la salvadora o el mesías de la nueva Bolivia que estamos construyendo.
Un abrazo democrático.
Hernán Cabrera