Derechos humanos

image Por: J. Lizandro Coca Olmos en Los Tiempos

…quienes están atentando contra la unidad de Bolivia, son los que impulsan un gobierno de arbitrariedades, autoritarismo y abusos, haciendo que este país ya no sea un hogar para todos, sino cuartel para unos y campo de concentración para otros

Toda la media luna, y especialmente Pando, tienen razones de sobra para querer separarse de Bolivia.



¿Horrorosa idea? Para nada. Recuerdo de mis años de colegio los siempre eternos lloriqueos respecto del abandono en que teníamos a ciertas regiones del país, causa, entre otras cosas, de nuestras aun más lloriqueadas pérdidas territoriales. Una de esas regiones era precisamente Pando. Lo paradójico es que cuando al fin un gobierno decide acordarse de Pando, lo hace para tiranizar a sus ciudadanos; hasta parece una maldición, los pandinos no habrán imaginado nunca que, cuando Bolivia se acordara de que existen, sería para violar sus derechos humanos, militarizando su ciudad.

El comandante Qananchiri (García Linera) ha dicho que tendremos que acostumbrarnos a tener la bota militar sobre nuestros cuellos… no sé quién tenga la intención de acostumbrarse a ello, yo no.

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Un hecho lamentable es que, en general, los uniformados abusan de su poder en las fronteras y los pueblos; lejos de los palacios de justicia, de los siempre innumerables ejércitos de abogados de las ciudades, y de otras autoridades que podrían ponerles un alto, suelen creerse dueños de los pueblos y abusar de la gente. Lo peor es que hoy lo hacen por instrucciones del gobierno de Mr. I am the law (Evo Morales).

Derechos humanos… ¿cuándo se viola derechos humanos? Para eso debemos tener, en primera instancia, claras algunas ideas. Todos los individuos que forman parte del Estado (ejecutivo, legislativo, judicial, prefecturas, municipios, Policía y FF.AA.), a través de acciones que atenten contra los derechos y libertades de los ciudadanos, violan derechos humanos. Y aquí importa muy poco lo que diga o deje de decir la Constitución del MAS, los derechos humanos son tales, y se deben respetar, en el mundo entero, por el simple hecho de ser uno humano. Hay convenios, cartas y acuerdos internacionales que así lo consagran. Entonces, la sociedad civil toda (los que no pertenecemos a las instituciones antes mencionadas), sin importar si hubiéramos cometido delitos, si tuviéramos dinero o no, de qué colores puedan ser nuestras caras, o qué ideas guardemos o transmitamos, somos merecedores de esas libertades y derechos, por ser seres humanos. ¿Y los gobernantes y uniformados, no son seres humanos? También lo son, pero al ser parte del Estado, ellos son los que pueden violar derechos humanos.

En otras palabras, y tratando de decirlo de una manera más simple: Si un individuo "x" secuestra e incomunica al individuo "y", no estará violando sus derechos humanos, puesto que "x" no es el Estado ni lo hace con la autoridad y/o por orden de éste, el individuo "x" habrá cometido un delito en materia penal y tendrá que ser juzgado como un criminal común. En cambio, si el mismo individuo "x" es miembro de la Policía o las FFAA, y comete el mismo delito por orden o en representación del gobierno, se interpretará como que el Estado está violando los derechos humanos del individuo "y". Cuando se habla de derechos humanos, solamente el Estado puede ser el transgresor, y cualquiera de los miembros de la sociedad civil, o dos o más de ellos, pueden ser las victimas. En el caso de Pando, ha habido y hay, violación de derechos humanos.

Pero la declaración del comandante Qananchiri no solo intenta justificar su guerra contra la libertad, sino que anuncia que las violaciones continuarán, no solo en Pando, sino en cualquier parte del país que a ellos se les antoje. El razonamiento básico, perfectamente lógico y comprensible, sería que ningún territorio tiene la obligación de seguir perteneciendo a un Estado cuyo gobierno viola sistemáticamente sus derechos, y cuyos ciudadanos de ciertas regiones (La Paz, Oruro, Potosí y hasta la misma Cochabamba) apoyan y hasta alientan dichas violaciones.

Aclaro que no estoy tratando de atentar contra la unidad del país, sé perfectamente que ese es un delito en la Constitución del MAS. Solamente estoy exponiendo un razonamiento y una preocupación. En todo caso, quienes están atentando contra la unidad de Bolivia, son los que impulsan un gobierno de arbitrariedades, autoritarismo y abusos, haciendo que este país ya no sea un hogar para todos, sino cuartel para unos y campo de concentración para otros.

El autor es miembro del Instituto Libertad Democracia y Empresa

www.lizandrocolmos.blogspot.com