La dirigencia de la Academia y el jugador acordaron seguir el tratamiento en el exterior, después de una primera operación a la que fue sometido de emergencia en la Clínica del Sur de La Paz, que estuvo a cargo del traumatólogo Jorge Terrazas. “No voy a culpar a nadie. Perder el dedo era una posibilidad que me ponía triste, pero Bolívar está haciendo todo porque no ocurra aquello, por ello hemos decidido ir a Chile para ver a un especialista”, dijo Campos antes de abandonar ayer la clínica en donde estuvo internado. En Santiago de Chile será atendido en la clínica Las Condes, donde se hará cargo de su caso el traumatólogo Daniel Hinzpeter Kirberg, especialista en manos. Hinzpeter confirmó, a través de su secretaria, que ha recibido los detalles del caso, pero no hará ninguna declaración mientras no evalúe al jugador y se le comunique a Campos los pasos que se tienen que seguir. El implante puede quedarse de por vida, sin incomodar la funcionalidad de la mano.
La idea es que se forme un callo que fusione el titanio con los otros huesos. Con el tratamiento en el exterior, lo que se pretende es que Campos, aparte de no perder el dedo, pueda volver más rápido a la actividad física y futbolística. “Estoy más tranquilo, el primer día estaba pensando en el tiempo que iba a estar parado, ahora con todo el apoyo que me está dando el club, estoy más tranquilo de la cabeza, más tranquilo en la parte anímica y eso hace que la recuperación vaya bien”, dijo el jugador. Campos llegó la semana pasada como refuerzo de Bolívar: “Habíamos terminado la etapa de calentamiento, después ingresamos al gimnasio para hacer trabajos específicos, un compañero alzó la pesa para trabajar en potencia, ésta estaba sin seguro, él tambaleó y la pesa cayó”. Admitió que llegó un momento en que pensó en lo peor.
“La verdad que sí, el primer día, cuando vi mi dedo, prácticamente descarté que se lo pudiera salvar; la verdad que di por perdida esta articulación, fue impactante ver una parte de mi cuerpo así, prácticamente desecha, pero ahora hay más opciones y aquello me pone más tranquilo”. Campos señaló que su familia está asimilando lo sucedido, sobre todo su mamá María Inés y su esposa Brenda. “Fue un accidente, no fue culpa de nadie”, recalcó y agregó que “con el apoyo de mis seres queridos entre todos lo estamos superando”.
Fuente: Unitel.
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