El Gobierno desmiente que haya una persecución en su contra, pero sí hay varios casos abiertos en su contra y lo que debe hacer es defenderse. El exministro advierte que, si lo mandan a prisión, los delincuentes que procesó lo matarán
Una vez más apareció ante los medios, pero ayer lo hizo hospitalizado, en silla de ruedas, con oxígeno y hablando suavemente, como nunca se lo había visto cuando era el poderoso ministro de Gobierno. Se declaró víctima, “la expresión máxima de la persecución política” e inocente de los procesos por los que se lo acusa.
“Estaba secuestrado, soy un perseguido político”, aseveró. Advirtió que “algunos creen que la política es odio antes que contraposición de ideas”.
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El viceministro de Seguridad Ciudadana, Wilson Santamaría, sentenció que “no es un perseguido, el Gobierno no activó ningún mecanismo para su captura porque somos respetuosos de la ley. Tiene citaciones a las que cualquier ciudadano debe acudir”.
Romero denunció que lo tuvieron secuestrado en su propia casa, cerraron la llave de paso del agua y no permitieron que ingresen alimentos. “Los que se dicen vigilantes, que son grupos de choque violentos, se burlaban, me mostraban su comida, me gritaban que iba a morir por inanición, me decían maldito”.
Fue convocado por dar viáticos y pagar los pasajes de los jueces del caso Terrorismo, por lo que fue citado a declarar en Santa Cruz. “¿El 2008 yo era Ministro de Gobierno?”, preguntó. “Esa gente gritaba que ese cerco era la venganza del hotel Las Américas, no me dejaban dormir, comer, impidieron que alguien logre hacerme llegar algún alimento, estaba secuestrado”.
Fue citado para mañana y el exministro dijo que ya está preso, porque tiene vigilancia no sólo en la puerta, sino dentro de su habitación. “No tengo garantías, estaba secuestrado, ahora rodeado. Presenté una acción de libertad y un juez dijo que ningún derecho mío fue violado, ¿acaso tengo libertad de locomoción, de comunicación? Soy su trofeo, estoy en un desierto sin vida y sin esperanza y mi pecado, mi delito, es haber defendido a los indígenas”.
Aseveró que el que lo visita es perseguido y pidió a su familia que no se acerquen para que no sean acosados posteriormente.
Confirmó que la persona que la Policía detuvo el viernes y que estaba con él, “es el mensajero del Ministerio de Gobierno. Tenía habilidades manuales para electricidad, un trabajador humilde que hace trabajos extras para sostener a su familia. Lo acusan de que lo encontraron con documentación. Una fotocopia simple de mi carnet porque no me pagaron ni mi sueldo, ni el aguinaldo, y lo llamé, pedí que me ayude, que pregunte si algún familiar mío podía recoger. Luego, él me dijo que verificaban descargos de viajes y yo le mandé esos pases a bordo. Son mentiras”. Insistió que es la “expresión de la persecución. Me quieren matar y no sólo políticamente”.
Se refirió al caso Uelicn. “La señora Rose Marie Sandoval me conoce hace 20 años, hasta tenía que comprarle su casa y no se concretó. Ella sabe que yo he ordenado las auditorías internas y externas de todos los contratos. Yo hice intervenir esa división y ahora la procesan a la interventora”.Relató que la diputada Sandoval “tuvo una infracción de Tránsito en un vehículo oficial con bebidas alcohólicas, yo llamé a la Policía y pedí que hagan los procedimientos, pero que no lo filtren a la prensa. Y ahora me ataca con saña”. Este medio no pudo ubicar ayer a la legisladora aludida.Santamaría recordó que fue citado para declarar en este caso y nunca fue. “Esa es una investigación incompleta. El exviceministro Felipe Cáceres fue a declarar, les sacó la lengua a los fiscales y se mandó a jalar, porque se actuaba con mucha parcialidad e impunidad. Romero tiene investigación abierta en el caso terrorismo, en la muerte de un estudiante de la Upea. Lo que debe hacer es buscar un buen abogado y defenderse”.Romero dijo que todos los procesos que siguió ahora los vuelcan contra él, “¿por qué?, porque quieren matarme, no políticamente, físicamente. Quieren que vaya a la cárcel donde están esperándome los que yo metí presos, mi vida corre peligro”.Dijo que mucho se debe hablar sobre el fraude, que se demuestra con pruebas y no probabilidades estadísticas.Lamentó que dentro del MAS lo culpen del motín policial y que se alegran de su situación. “Esa es una traición, no fue culpa mía, lo que decidió esa institución, lo avalará la historia”.Aseguró también que al narcotraficante Pedro Montenegro lo conoció cuando lo presentó a los medios y “a Evo Morales lo acusan de narcotraficante desde hace años, y nunca lo probaron”.DATOSInformeEl exministro de Gobierno, Carlos Romero, continúa internado en el Hospital de la Caja Petrolera en la zona Sur de La Paz. Un escueto parte médico señaló que la exautoridad se encuentra estable y que será evaluada nuevamente mañana.Durante la jornadaUn grupo de activistas de La Resistencia mantienen una vigilia en el lugar, mientras que una delegación del Defensor del Pueblo y Naciones Unidas ingresó para visitarlo y verificar su situación.
Fuente: eldeber.com.bo