Tras 20 años de lucha, la cocaína va en aumento

Lo dice el informe Estrategia de Control de Narcóticos 2009.

La lucha contra la coca, una especie de trampolín. “Sin la política antidrogas de EEUU en Bolivia, Evo no sería Presidente”.

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Cambio. Cuando Evo sólo era un dirigente sindical, allá por el 2000, desafió los operativos antidrogas de los policías y militares. Ahora están bajo sus órdenes

El Deber

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Roberto Navia

Veinte años de lucha antidroga -desde la aprobación de la Ley 1008, de 1988- ejecutada por los gobiernos de turno de Bolivia con el apoyo de la ayuda internacional, no han sido suficientes para erradicar las plantaciones ilegales de coca ni poner fin a la producción de cocaína. Si bien el Gobierno estadounidense y varios presidentes bolivianos de gestiones anteriores citaron como logros la conformación de un equipo de inteligencia de primer nivel para olfatear el tráfico de sustancias controladas que arruinó el negocio ilícito a miles de narcotraficantes y evitó que el consumo de pasta base se propague como una plaga apocalíptica dentro de Bolivia, hay informes, como el último ofrecido por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd), que establece que en los últimos seis años, pese al cumplimiento anual de las metas de erradicación (el 2008 fue de 5.484 hectáreas en todo el país), la producción de coca se ha duplicado: de 14.600 hectáreas (ha) en 2000 a 28.900 ha en 2007. El  reporte presentado el viernes  por el gobierno de EEUU, referido a la Estrategia de Control de Narcóticos 2009, señala que de 2003 a 2007 la producción de coca en Bolivia se incrementó de 23.200 a 29.500 ha.

“Han habido altibajos en esta cruzada”, admite Gustavo Torrico, diputado del MAS y hombre cercano a Evo Morales. Pero aclara que todo depende del ojo con el que se mire. Los gobiernos que estaban implementando esta política vía DEA (la agencia antidrogas de los EEUU), dicen que realizaron un buen trabajo. Torrico opina lo contrario, aunque coincide en que la producción de coca está en aumento. “Eso se nota”, admite, pero enfatiza en que el problema no está en que exista o no la hoja, sino en que EEUU y Europa controlen la fabricación de precursores. En lo que Torrico no comparte es en que la producción de cocaína ha crecido. “Los datos de la Onudd, que dicen que subió de 80 toneladas (tn) en 2005 a 104 en 2007, no tienen base legal”, explica. Otro informe, presentado el viernes pasado en EEUU indica que la producción de cocaína pasó de 100 tn en 2003, a 120 tn en 2008 .

La respuesta del presidente Evo Morales ha sido instar a los cocaleros de Chapare a ‘combatir’ el narcotráfico de manera organizada y a través del control social. «Yo siento que estamos recuperando el control del narcotráfico de parte de los campesinos… Debemos ser responsables no sólo con nosotros sino con la comunidad internacional», dijo el mandatario.

Para EEUU, el trabajo de los erradicadores no puede ser considerado ineficaz, pero puede mejorar. “Siempre hay maneras de mejorar los esfuerzos y tratar de minimizar costos, de aumentar la eficacia, y estamos en eso. Al fin de cuentas, todo el dinero que aportamos es de los contribuyentes estadounidenses. Tenemos un deber con ellos, de asegurar que se utilicen de la manera más eficaz los fondos”, comentó el encargado de Negocios de la embajada de EEUU en Bolivia, Kris Urs.

Godofredo Reinicke, coordinador del observatorio boliviano de drogas, cree que la lucha antidroga, desde el punto de vista de los derechos humanos, ha sido mala porque los informes le muestran que en Chapare se ha cobrado la vida de por lo menos 80 personas, entre campesinos y militares.

Evaluar el tema por la cantidad de traficantes presos tampoco deja satisfacción. El director nacional del Régimen Penitenciario afirma que el 38% de los reos de las cárceles del país son personas que en mala hora aceptaron traficar con droga, pero admite que no hay ningún pez gordo tras las rejas.

Los informes oficiales y de las agencias internacionales coinciden en que a pesar de la ayuda de EEUU, que ya es de $us 500 millones, sumada la que ofrece la Unión Europea, la hoja excedentaria sigue firme en Chapare y que ahora también se expande en otras regiones, como en Yungas.

El general retirado José Antonio Gil, que en 1999 fue jefe de erradicación, recuerda que en aquella época el apoyo de  EEUU era pésimo y se trataba muy mal a los soldados de las FFAA. “No tenían carpas, uniformes ni material para la erradicación. A eso, se sumó que Hugo Banzer cometió el error de hablar del Plan Coca Cero, difícil de cumplir”. Gil cree que las hectáreas que se erradicaron en 1999 fueron en vano porque, a su parecer, existe más coca en Chapare. “El esfuerzo de esos soldados fue inútil. Hemos vuelto a ser un país de productores de coca, pasta base y cocaína”, dice.  A la vez, aclara que no se fía en los datos de la Onudd, porque considera que las plantaciones de coca ilegal llegan incluso a las 40.000 hectáreas. 

Hormando Vaca Díez, que fue parlamentario desde 1989 hasta 2006, asegura que la guerra contra la droga tuvo luces y sombras: “Cuando se sospechó de algún vínculo de narcotráfico con una autoridad las instancias actuaron, pero también hubo excesos al utilizar políticamente esa guerra para afectar a contendores”.

Vaca Díez evalúa los diferentes gobiernos. Con Banzer, dice, se puso el Plan Dignidad, pero con un alto costo para el país. Con Mesa, recuerda, se abrió otra vez el cultivo de la coca y negoció con Evo el famoso cato de coca (40 metros por 40, cada familia). Pero con Morales, enfatiza, se pasó de un cato por familia a uno por persona. “Estamos en un proceso en el que el campesino no sólo es productor de la hoja, sino también de pasta base. Para Evo, en su posición de presidente de la Confederación de Cocaleros, controlar sus cultivos ya escapa de sus manos”.

La lucha antidroga en Bolivia requiere ajustes considerables, coinciden el mismo Gobierno de Evo Morales y ex autoridades y parlamentarios de la oposición consultadas.

Ernesto Justiniano, que fue  viceministro de Defensa Social en la segunda gestión presidencial de Gonzalo Sánchez de Lozada, sostiene que Evo Morales debe darse cuenta de que a más coca hay más cocaína. “A partir del Gobierno de los cocaleros sólo se ha conseguido dejar al país sin una política de Estado y a la sociedad está indefensa ante los efectos del narcotráfico”.

Para callar las críticas, el Gobierno apela a una reforma integral del marco legal existente, que responda a la realidad nacional y que se traducirá en dos cuerpos legales: el Régimen de la Coca y el Régimen de Sustancias. Además, plantea en los próximos cuatro años controlar y estabilizar la superficie cultivada en un rango de 20.000 ha de coca.

El plan no es bien visto. Para Estados Unidos, se atenta contra la ley 1008 y la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas que suscribió Bolivia hace más de 20 años, ya que la 1008 sólo permite 12.000 ha. En su informe reciente, EEUU advierte de que el país no tendrá capacidad de frenar redes mexicanas y colombianas que, afirma, están asentadas aquí.

   La historia  

1961. La Convención Única de Naciones Unidas incluye a la hoja de coca en la Lista I de Estupefacientes, prohibiendo su producción, industrialización y comercialización. El Gobierno afirma que las investigaciones de 1975 realizadas por la Universidad de Harvard y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1995, señalan que la coca no ocasiona daño alguno a la salud humana.

1974. La DEA estuvo presente en Bolivia desde ese año. Contaba con 5 oficinas en Bolivia: La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Trinidad y Chimoré. En esos 35 años trabajó con la Policía Nacional en información operativa y estratégica sobre el tráfico internacional de drogas y también capacitando a policías bolivianos, otorgando el equipo necesario para localizar y destruir fábricas de producción de drogas ilegales y rastreando el movimiento internacional de las sustancias ilícitas.  

1976. Se dicta el Decreto Ley de Control de Sustancias Peligrosas en cumplimiento de la Convención de Viena de 1961.

1981. Se aprueba una ley que establece políticas de reducción de los cocales y de diversificación de los cultivos en las zonas productoras. Llegan a Chapare Evo Morales y su padre, Dionisio, para buscarse la vida tras haber perdido sus cultivos en su natal Orinoca.

1988. Se aprueba la Ley 1008 del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas.

Informe de EEUU sobre Control de Narcóticos 2009

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Destrucción. La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico quema cientos de paquetes de cocaína incautada

Antecedentes

El 15 de septiembre de 2008, el Presidente de Estados Unidos determinó que por primera vez Bolivia había “fallado de manera demostrable” en cumplir sus obligaciones establecidas bajo los acuerdos internacionales antinarcóticos. Esta decisión fue tomada debido a una cantidad de factores, incluyendo la salida forzosa de Usaid y de la DEA de la región productora de coca de Chapare.

Tecnificación en la producción

Según la DEA, dado el número creciente de laboratorios que usan tecnología colombiana mucho más eficiente, la capacidad potencial de producción de cocaína puede haber crecido hasta 192 toneladas métricas. La mayor parte de la cocaína traficada desde o a través de Bolivia tiene como destino Brasil, Chile, Argentina y Paraguay, con una cantidad importante que se trasborda hacia Europa.

Iniciativas de Políticas

El Gobierno de Bolivia firmó un acuerdo con 25.000 productores de coca de la federación de Yungas para finalmente erradicar 6.900 hectáreas para el año 2010. La erradicación comenzó el 4 de octubre de 2008; la meta del Gobierno de Bolivia es erradicar una hectárea por día. No obstante, este acuerdo también legaliza el cultivo de coca en nuevas áreas de Yungas en una extensión de 6.500 hectáreas adicionales.

Industrialización

Con la ayuda financiera de Venezuela, el Gobierno de Bolivia continuó su plan de industrializar la coca con una planta en Chapare y otra en Yungas, en violación de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes  de las Naciones Unidas de 1961, Artículo 4, el cual establece que las partes deben “limitar la producción, la fabricación, la exportación, el uso y la posesión de estupefacientes a los fines médicos y científicos”.

Recomendaciones

Alienta al Gobierno de Bolivia a revertir sus políticas sobre la expansión de los cultivos de coca y a ampliar la erradicación en Yungas, redoblar sus esfuerzos en Chapare, eliminar nuevas plantaciones de coca y ampliar sus esfuerzos de interdicción contra las drogas y los precursores químicos ilegales en todo el territorio de Bolivia. Este esfuerzo debería incluir el retorno de la DEA a Bolivia.

La lucha contra la coca, una especie de trampolín

Antidroga. El trópico cochabambino se convirtió en escenario de los enfrentamientos más duros contra la hoja de coca y la droga. Una intervención que tuvo efectos poco calculados

La verdadera historia de Evo Morales empezó el mismo día en que su padre Dionisio halló los sembradíos de papa arrasados por una helada en Orinoca, lo que le rompió las esperanzas en un abrir y cerrar de ojos. “A Chapare”, dijo don Dionisio,  donde llegó con su hijo mayor, Evo, a comienzos de los 80.

Para aquel entonces nadie imaginaba que Chapare iba a ser el escenario de esa lucha férrea contra la coca y la droga, mucho menos que Evo Morales llegaría a ser el jefe de los cocaleros y después el presidente de la República.

El sociólogo Fernando Untoja considera que si no hubiera habido enfrentamientos entre cocaleros y militares, no existiría en este momento el Evo presidente. “Los errores de los gobiernos anteriores, que no midieron consecuencias, fueron los promotores de Evo. El gran problema en Bolivia es que no se piensa para más allá de cuatro años”, enfatizó.

El almirante Luis Aranda,  que estuvo destinado como comandante de los Diablos Azules en 1995, un brazo operativo de la lucha antidroga en el país, considera que la guerra contra el narcotráfico no ha sido el único factor capitalizado por Evo Morales para su proyección política. “El surgimiento de Evo tiene una historia más larga todavía, que hay que tomar en cuenta”.

Aranda considera que el origen data del proceso de relocalización que afectó a los mineros en 1985, muchos de los cuales fueron desplazados a Chapare, un área inhóspita en aquella época y desatendida por los gobiernos.

Para el sociólogo y filósofo Carlos Soria, indudablemente el liderazgo de Evo no puede explicarse sin el hecho de que hubiera sido dirigente de los cocaleros, cargo que mantiene hasta ahora. Pero cree que no es un factor principal para llegar a la presidencia de Bolivia. “La virtud que tuvo es la de constituir un movimiento, el MAS, y que éste logró articular la demanda de los sectores populares”, sostuvo. 

Carlos Mesa considera que la política estadounidense fue irracional y terminó por llevar al desastre a los gobiernos democráticos, con el añadido de que fabricó a Evo Morales. “Sin la política antidrogas de EEUU en Bolivia, Morales no sería Presidente”.

   Entrevista   

«Dignidad sin romper cooperación»

Jaime Paz Zamora

Ex presidente de Bolivia

– ¿Con qué criterios se encaró la lucha antidroga en su gestión?

– Establecimos un posicionamiento con los siguientes principios: coca no es cocaína; la responsabilidad compartida entre el país productor de materia prima y el país consumidor y productor de los químicos; el desarrollo alternativo no debe reducirse a simples programas de cooperación en Chapare, sino, además, a la apertura de grandes mercados externos para la producción alternativa a la hoja de coca; un tratamiento favorable a la deuda externa y el incentivo de inversiones y tecnología extranjera en el  país.

– ¿Cómo evalúa los resultados?

– Fue el mejor momento en el  logro de beneficios tangibles para Bolivia. Se abrieron para la exportación no tradicional boliviana los dos mercados activos más grandes del planeta. Primero el americano, con los programas ATP-Atpdea, y luego el de la Unión Europea, con el Sistema Preferencial Europeo.

– Usted se caracterizó por no cumplir a rajatabla la política antidroga de EEUU. El actual Gobierno también se enfrenta sobre este tema. ¿Cuál es la diferencia entre el suyo y el actual régimen?

– Hoy estamos sin Atpdea y con fábricas que van parando, sobre todo en la ciudad de El Alto, y a este paso terminaremos perdiendo también el mercado europeo. Comparto la preocupación del actual Gobierno por la injerencia extranjera en asuntos internos que puede dar pie a los programas antidroga. A nosotros nos tocó suspender la inmunidad diplomática de la que gozaban los miembros de la DEA en el país a causa de la violación de nuestras leyes por algunos de sus agentes. La política de seguridad y dignidad puede ejecutarse sin necesariamente romper, por razones políticas o ideológicas, los programas de cooperación favorables a Bolivia.

  Entrevista   

«Coca cero era una ilusión imposible»

Carlos Mesa | Ex Presidente de Bolivia

– ¿Cómo fue la lucha antidroga en su Gobierno?

– Nuestro Gobierno tomó la iniciativa de terminar la subordinación que tenía la política boliviana de lucha contra las drogas a los mandatos y a la lógica de Estados Unidos. Eso nos permitió diseñar una estrategia realista, sin desconocer nuestras limitaciones económicas y de infraestructura, para hacer de esa lucha algo eficiente. Entendimos que la idea de coca cero era una ilusión, imposible de lograr, por ello trabajamos en concertación en la erradicación de coca en Chapare, el desarrollo alternativo con recursos administrados conjuntamente entre el Estado y los municipios involucrados, interdicción sostenida y sin concesiones y mayor énfasis en la rehabilitación real de adictos (en este último punto no tuvimos ni el presupuesto ni el tiempo para hacerlo realidad).

– ¿Cómo evalúa la lucha antidroga antes de su gestión y de los posteriores gobiernos?

– Si bien desde la aplicación de la Ley 1008 se endureció la lucha contra las drogas y se rompió la tolerancia social a los narcotraficantes, con logros importantes en la destrucción de cárteles nacionales, la política de erradicación de hoja de coca generó violencia, conflictos sociales, muertos y heridos, violando derechos humanos y con un saldo de cultivos que no logró su objetivo de reducción, a pesar de lo hecho en el segundo Gobierno de Banzer.

– ¿Cuál debe ser la política antidroga de Bolivia?

– Bolivia debe reformular toda su política en el tema, pero me temo mucho que en el Gobierno de Morales es imposible plantear con claridad y voluntad un debate fructífero sobre la cuestión.