Gobierno de Evo calla y no informa. Estatal ABC se reafirma en que la carretera debe pasar por el centro de TIPNIS. En Bolivia se tumbará cerca de medio millón de árboles para vía por territorio indígena (TIPNIS). Especies endémicas y en extinción se encuentran en el área a deforestar.
La Razón – Wilma Pérez – La Paz
500.000 árboles peligran
Impacto. Especies endémicas y en extinción se encuentran en el área a deforestar. La construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos obligará a derribar al menos medio millón de árboles en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), según cálculos de especialistas y los propios indígenas.
ASENTAMIENTO. Una especie de aldea se erige en medio de un sector del TIPNIS, donde abundan diversas especies.
La preocupación es, en general, por el ecosistema de alta biodiversidad que posee el sector y que se expone a la misma amenaza. Edil Osinaga, ingeniero forestal miembro de un equipo de la Fundación Natura, que elaboró un estudio, auspiciado por el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), acerca de los peligros que se ciernen sobre el TIPNIS, afirma que la deforestación de un área de 70 kilómetros de largo por 50 metros de ancho para construir la carretera en el sector, obligará a tumbar unos 500.000 árboles.
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Una parte, agrega, son especies milenarias en cuyo tronco viven ejemplares de fauna y flora, hoy amenazadas. Recuerda que el área a intervenir está catalogada como refugio de ciertas especies endémicas de animales y plantas.
La investigación alerta de que la incursión implica, además, asumir otro tipo de impacto, uno a largo plazo. Una proyección, realizada con base en una veintena de indicadores biofísicos y socioeconómicos, advierte que 18 años después de la construcción de la carretera que atravesará el TIPNIS se habrá generado una deforestación del 64,5% de la cobertura forestal de ese territorio, es decir de más de 600 mil hectáreas.
El secretario de Recursos Naturales de la Subcentral TIPNIS, Marcelino Cuéllar, explica que son 64 las comunidades asentadas en el sector con una población entre 10.000 a 15.000 personas.
“Como pueblos indígenas queremos que el Gobierno se entere de que esta construcción nos afecta a todas las familias que vivimos en medio de la selva; hay animales y especies de árboles en peligro de extinción, más que beneficiarnos, con la carretera van a terminar matándonos”, opina.
Pero además del temor que tienen los indígenas por el futuro de su hábitat, otros dos factores hacen que se opongan a la obra. Por un lado, los lugareños aseguran que el proyecto no les beneficiará porque las comunidades están asentadas en las riberas de los ríos, o sea distantes del sector donde se prevé el trazo de la carretera. Por otro, les preocupa la multiplicación de asentamientos de colonos, lo que ya es un hecho. En una visita que La Razón realizó hace dos semanas al sector, se evidenció que grupos de colonizadores que dejaron el Chapare hicieron del TIPNIS su nuevo hogar y hay quienes se han dedicado al cultivo de la hoja de coca.
La construcción de la vía, una de las prioridades del gobierno del presidente Evo Morales, ha generado diferencias entre los indígenas y el Ejecutivo, y aunque la opción del diálogo está abierta pese a que los indígenas han anunciado una marcha para el 15 de agosto, el Jefe del Estado expresó su intención de ejecutar la obra “quieran o no quieran”.
La brasileña OAS se adjudicó el proyecto a un costo de $us 415 millones, $us 332 millones son del crédito de Brasil y $us 83 millones de la contraparte de Bolivia. El año pasado, el entonces viceministro de Biodiversidad, Recursos Forestales y Medio Ambiente, Juan Pablo Ramos, renunció al cargo arguyendo motivos personales, pero luego se supo que el alejamiento se debió a su rechazo al proyecto y porque se negó a firmar la licencia ambiental para iniciar los trabajos.
El presidente de la Subcentral TIPNIS, Alfredo Moye, pide que se tome en cuenta la propuesta de su sector, que consiste en que la vía se ejecute por el tramo Villa Tunari-Puerto San Francisco-Loreto, alternativa que aseguran no causará impacto a la biodiversidad.
Según Moye, la decisión gubernamental de construir el tramo II entre Isinuta y Monte Grande, no responde tanto a la necesidad de vincular económica y comercialmente Cochabamba con Beni, sino concretar la ansiada explotación hidrocarburífera en el subsuelo del parque nacional.
Osinaga admite que cambiar el trazo de la vía elevará su costo, pero dice que Fundación Natura cree posible financiar la diferencia con recursos que se obtengan de los mercados mundiales de carbono. “Una alternativa para el trazado sería que vaya por la parte sur, bordeando el TIPNIS, y salga a un punto cerca de Trinidad”.
Miembros del Comité de Defensa del Isiboro Sécure (Cadeis) tienen otras cuatro opciones para construir el tramo II, cuyas obras están paralizadas al momento tanto en Cochabamba como en el lado del Beni. La primera comprende 200 kilómetros de apertura y ensanche de territorio entre Quillacollo, Morochata, Cocapata, Covendo y Palos Blancos para conectar con la carretera La Paz-Trinidad.
La segunda plantea 280 kilómetros de apertura y ensanche desde Villa Tunari por El Castillo, Puerto San Francisco, Cariaco, Loreto y Trinidad; la misma tiene el respaldo de organizaciones indígenas y ambientalistas.
La tercera prevé la apertura de un tramo de 10 kilómetros con origen en Chimoré hasta llegar a Tres Bocas, zona donde se unen los ríos Chapare e Ichilo y desde donde se debería navegar por el río Mamoré hasta Trinidad.
La última propuesta requiere de una apertura de nueve kilómetros y se encuentra en jurisdicción de Santa Cruz, entre Yacuiba, Puerto Greter y Ascensión de Guarayos, para vincularse con la carretera Santa Cruz-Trinidad.
Cuéllar dice que la segunda idea será oficializada al Gobierno en los próximos días y en caso de ser rechazada, la marcha indígena partirá del Beni rumbo a La Paz.
Resultados del estudio del PIEB
El TIPNIS tiene un alto potencial de masa boscosa y carbono en un área de más de 930.230 hectáreas. La proyección en un escenario con carretera muestra que en 18 años se perderían 600 mil hectáreas de bosque nativo, equivalente a 90 millones de toneladas de dióxido de carbono, con un valor de $us 100 a 200 millones. El área está justo en el trayecto de la vía proyectada donde también se concentra la mayor biodiversidad.
La creación del TIPNIS
El Parque Nacional Isiboro Sécure fue creado el 22 de noviembre de 1965, mediante Decreto Ley N° 07401, como área de protección nacional de un potencial elevado de biodiversidad de especies endémicas y/o en vías de extinción. Luego, el área fue declarada Territorio Indígena bajo DS N° 22610 del 24 septiembre de 1990. Está ubicado entre los departamentos de Cochabamba y Beni. Tiene una superficie de 1.200.000 hectáreas.
El proyecto carretero
La carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos tendrá una longitud aproximada de 306 kilómetros y costará $us 415 millones. El tramo estará dentro la Red Vial Fundamental de Bolivia y será parte del corredor Este-Oeste. Se prevé que éste permita acceder a nuevos mercados a través de los puertos del Pacífico y del Atlántico, desde Chile hasta Brasil; además integrará y vinculará a poblaciones de los departamentos de Cochabamba y Beni.
Flora y fauna del TIPNIS
Según estudios, en el TIPNIS hay 602 especies de plantas registradas y distribuidas en 85 familias y 251 géneros. Sin embargo, se estima que hay unas 2.500 a 3.000 especies vasculares (sin semillas ni raíces) que representarían el 15% de las 20.000 especies de flora en Bolivia. En fauna existen 858 especies de vertebrados, 108 de mamíferos, 470 de aves, 39 de reptiles, 53 de anfibios, 188 de peces y 127 de insectos, entre otros que habitan el lugar.
Ecosistemas del TIPNIS
Tiene alta diversidad de pisos ecológicos, desde llanuras inundables típicas del Beni hasta serranías del subandino que están a 3.000 metros sobre el nivel del mar. Los estudios de capacidad de uso de la tierra muestran que la zona de pie de monte y el subandino son los únicos con aptitud agrícola. Por el lugar donde se prevé la construcción de la vía se encuentran los bosques de mayor tamaño, mayor antigüedad y diversidad biológica.
Al menos 3.400 especies de flora y fauna están en riesgo
El trazo pasa por el sector llamado el Núcleo, que es el más rico en biodiversidad.
La Razón – Jorge Quispe – La Paz
Reptiles. Una especie propia de la Amazonía, donde está una de las reservas más ricas en biodiversidad de la región. Un sector sería afectado por la obra.
Desde el emblemático bufeo o delfín rosado, que sólo habita en la Amazonía boliviana, hasta una especie de alondra silvestre, cerca de 3.400 especies de la fauna flora pueden sufrir daño en sus ecosistemas con la construcción de la carretera del TIPNIS entre Cochabamba y Beni.
“El 15 por ciento de las especies de plantas de Bolivia vive en esa zona. Estamos hablando de por lo menos 2.500 plantas vasculares que habitan desde los 160 metros de altitud hasta los 4.000 metros”, afirma el biólogo y especialista en anfibios y reptiles James Aparicio, quien cita un estudio del Instituto de Ecología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), elaborado en 1995 sobre la biodiversidad propia de la región.
A esos dos millares y medio de especies de flora hay que sumar, 108 especies de mamíferos, 470 especies de aves, 39 especies de reptiles, 53 especies de anfibios, 188 especies de peces y 120 especies de insectos. La sumatoria da cuenta de alrededor de 3.400 especies que habitan en el lugar, algunas de las cuales son endémicas, es decir, propias de la región.
Gran parte de esa fauna y flora se encuentra en el sector denominado Núcleo, ubicado entre Isinuta y Monte Grande que quedaría partido en dos en caso de que se mantenga el trazado inicial de la carretera.
IMPACTO. Aparicio hace énfasis en que toda la zona del Territorio Indígena y del Parque Isiboro Secure (TIPNIS) es una de las mejor conservadas del territorio.
“Se forman riachuelos que luego forman los ríos. Un corte (o sea la división del sector denominado Núcleo) afectaría al suministro natural de agua y muchas especies de peces se verían obligadas a desovar en otros lugares, y otros animales, que vivían en el sitio, a tener que buscar nuevos espacios”, alerta.
El también biólogo Paul Van Damme, de la organización Faunagua, que trabaja por la protección de fauna y flora en la Amazonía, cita como ejemplo al bufeo rosado o delfín boliviano que también se vería afectado por la construcción. “En estos sectores no hay actividad humana, pero si esto ocurre, los delfines van a tener que buscar otros lugares”.
“Sin bien el estudio del Instituto Ecología de la UMSA es antiguo, es la única referencia que tenemos de la zona, porque después no se hicieron más investigaciones”, dice Aparicio. “De seguro que tenemos más especies todavía”, afirma Van Damme.
Debido a que el ecosistema del TIPNIS es uno de los más resguardados, los pescadores no pueden ingresar a la zona “por ello los peces llegan tranquilos para desovar. Ahí tenemos poblaciones saludables de animales y plantas”, agrega.
A juicio de Van Damme y Aparicio esto cambiaría porque cuando el hombre llega, al final contamina el nuevo territorio en detrimento de la naturaleza y de sus habitantes.
Gobierno calla y no informa
“No estamos autorizados a dar esa información hasta que la presidencia autorice”, dijeron al reportero de La Razón, cuando acudió por quinta vez al Viceministerio de Biodiversidad para conocer las fichas ambientales de la obra. Además se buscó en cuatro oportunidades a la viceministra Cinthia Silva.
ABC se reafirma en que la carretera debe pasar por el centro de TIPNIS
Diálogo. Delgadillo dice que envió una carta invitando a conversar.
La Razón – Willy Chipana – La Paz
La Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) ratificó que la construcción del segundo tramo de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos debe pasar por el centro del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
“El trazado que tenemos pensado (para el tramo dos) es una de las posibles alternativas, pero es necesariamente dentro del TIPNIS, no hay trazados fuera de éste", dijo el presidente de la ABC, Luis Sánchez.
Los pueblos del TIPNIS, junto a la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) anunciaron el inicio de una marcha hacia La Paz a partir del 15 de agosto en rechazo a la construcción del tramo dos de este proyecto vial que es impulsado por el Gobierno. Los sectores coinciden en que la carretera impactará de forma negativa en el medio ambiente.
La medida de presión fue criticada por el presidente de la ABC.
“Es una marcha totalmente política e innecesaria, porque para ninguno de los temas que han planteado la marcha es necesario hacer un sacrifico así de grande como una movilización. No están ante un gobierno sordo y que les ignora”, aseguró la autoridad.
El ministro de Obras Públicas, Wálter Delgadillo, manifestó que existe plena predisposición de parte del Ejecutivo para dialogar con los indígenas del TIPNIS acerca de la construcción del tramo dos, pero dijo que este sector hasta el momento no tomó una decisión para este encuentro.
Delgadillo dijo que envió una carta a los corregidores indígenas de la región, que se reúnen este fin de semana, para hacerles conocer que el Gobierno está predispuesto al diálogo. Agregó que hay “transnacionales que apoyan a organizaciones no gubernamentales “teóricamente ambientalistas y que meten en la cabeza de algunos dirigentes” que hay que oponerse a la vía.
Se iniciaron las obras
El presidente Evo Morales inauguró el 3 de junio la construcción de la vía San Ignacio de Moxos-Villa Tunari en sus tramos 1 y 3, que serán ejecutados por OAS. La obra costará $us 442 millones.