Evo prevé una millonada para captar voto de inmigrantes

El MAS quiere “voto comunitario” en la Argentina. Va el primer millón de dólares al cónsul «Gringo» González. El viceministro de RREE dirige campaña externa.

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Un grupo de bolivianos residentes en Argentina se pronunció por el voto en el exterior. Son simpatizantes del MAS y frecuentemente llegan a La Paz financiados ¿por quién? *



Los referéndums revocatorio y constituyente han quedado signados por más que razonables dudas acerca de su limpieza debido, principalmente, a aspectos como el llamado “voto comunitario”, la duplicación de identidades y el uso abusivo de los medios de comunicación del Estado que ahora no son más que instrumentos directamente dependientes del partido en función de gobierno.

Para las elecciones generales programadas para el mes de diciembre, el MAS se apresta a agregar un nuevo elemento de distorsión. Se trata del voto de los bolivianos residentes en el extranjero.

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No es que se trate de negar el derecho que deben tener los inmigrantes a participar en la vida política nacional. Sucede que en este, como en otros casos, el MAS actúa de manera solapada y le interesa el voto de los inmigrantes solo en la medida que este les pueda favorecer.

Es así que en la cancillería dirigida por David Choquehuanca, ya está funcionando a marchas forzadas, un equipo dirigido por el viceministro de Relaciones Exteriores, Víctor Hugo Fernández que tiene por misión captar a como de lugar el voto de los migrantes.

Este equipo ha identificado a Argentina, Estados Unidos, España y Brasil, en ese orden, como los países destinatarios de los mayores flujos migratorios de bolivianos. Los estrategas electorales del MAS han decidido priorizar a Argentina por cuanto consideran que en ese país el voto favorecería mayoritariamente a Evo Morales.

De esta forma asignarán al Consulado de Bolivia en ese país, dirigido por el ex periodista Alberto “Gringo” González, la suma de un millón de dólares para promover la inscripción de los inmigrantes bolivianos en los registros electorales.

De entrada esta situación implica una injerencia del Ejecutivo en el cuarto poder, el Electoral, establecido por la nueva y cuestionada Constitución Política. Es decir el gobierno asumiría las funciones privativas de la Corte Nacional Electoral con los resultados y consecuencias que son fácilmente previsibles.

Pero aquí la cosa se pone más sabrosa. Resulta que de acuerdo a las instrucciones impartidas a Gringo González, el consulado en Argentina, tiene que garantizar la “inscripción” de por lo menos un millón de potenciales votantes ya que de acuerdo a las estimaciones de los estrategas masistas, en el vecino país existen casi tres millones de inmigrantes bolivianos.

Si se toma en cuenta que el actual padrón electoral incluye a alrededor de 4 millones de potenciales votantes podremos darnos cuenta de la magnitud del fraude que el MAS pretende montar. El Gringo, con recursos que le llegarán adicionalmente, tendrá que garantizar, además, que el 90 por ciento de ese millón de votantes favorezca al MAS y en esto se juega su pega y la de otro «periodista – radialista» que funge como segundo hombre de la embajada de Bolivia en Buenos Aires. 

En el caso de los Estados Unidos, la cosa toma otro sesgo. Las autoridades consulares deberán hacer nada para facilitar la participación en las elecciones de los inmigrantes y, por el contrario, hacer todo para dificultarla. En España y Brasil la actitud deberá ser idéntica, por cuanto son nichos de bolivianos no necesariamente identificados con la causa masista. 

Queda claro que ante la evidencia de que la votación del MAS en el territorio nacional se encuentra en franco declive, situación que se ve agravada por los escándalos vinculados con la corrupción, Evo está “apostando” por el voto de los inmigrantes en la Argentina al cual considera fiel a su causa y tratará de minimizar el impacto en otros países en los cuales no es muy seguro que salga favorecido.

Se trata, en suma, de otra burda maniobra para imponer un proyecto autoritario que hace aguas por todo lado. No se trata de dar derechos políticos a los inmigrantes, sino de manipularlos, de establecer otro “voto comunitario”, esta vez en la Argentina mediante una inyección masiva de recursos que estamos seguros, en buena parte irán a abultar los bolsillos de los funcionarios masistas de las embajadas y consulados bolivianos en el exterior.

*foto archivo La Razón