Destino final, Cuba




Al momento de huir, Evo Morales pintaba para convertirse en ciudadano ilustre de cualquier país que decida acogerlo. Su retorno al poder en Bolivia parecía “pan comido” y obviamente había muchos que querían llevarse el mérito. En México duró muy poco, pues rápido se dieron cuenta de la calaña de huésped que habían albergado; las constantes mentiras y aquella llamada telefónica en la que convocaba a matar de hambre a las ciudades, colmaron el vaso y el régimen de Manuel López Obrador no tuvo más remedio que mostrarle la puerta de salida. En Argentina, las cosas no empezaron nada bien, pues al poco tiempo de su arribo, saltaron los nexos del cocalero con el narcotráfico y el llamado a reclutar milicias armadas no hizo más que confirmar que las denuncias de terrorismo no eran infundadas. Tal como sucedió con su primer viaje a Cuba en calidad de refugiado, Morales acaba de poner de excusa una consulta médica y sin previo anuncio aterrizó en La Habana. Las apuestas son muy altas en relación a un viaje sin retorno.

Fuente: eldia.com.bo