Evo discrimina a indígenas de tierras bajas

Jimmy Ortiz Saucedo

jimmy-ortiz1 “Sin diálogo… Marcha indígena sigue firme y rechazan encuentro con ministro. Un día después que los cívicos y munícipes anunciaran movilizaciones por el Censo 2011, el presidente Evo Morales comenzó ayer su jornada en Santa Cruz entregando recursos del IDH al sistema universitario y anunciando que una delegación de ministros escuchará a los dirigentes de Potosí sobre las demandas por falta de obras de desarrollo. Respecto a su aparente mayor dolor de cabeza, la marcha indígena, anunció el envío de su ministro de la Presidencia, Carlos Romero, a buscar el diálogo en San Ignacio de Moxos, hasta donde llegarán unos 600 caminantes que en defensa de su hábitat se oponen a la construcción de una carretera que partiría el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS)”. (El Día)

Hoy, que ya no los necesita, Evo discrimina a indígenas de tierras bajas.



El Presidente Morales acude rápidamente al llamado de la ciudad del Alto, pero cuando lo llaman los indígenas de tierras bajas, no quiere ir, los subestima, humilla con sus comentarios a la mujer indígena, los achaca de ser títeres de las ONGs, de la derecha y de la oposición. Finalmente, termina delegando al ministro Romero, que sabe que los indígenas no le tienen confianza. ¡Y precisamente a él escoge Su Excelencia!

Los indígenas piensan que Romero los traicionó, porque su actuación es diferente en el ministerio que en la ONG Cejis. En el Cejis era recalcitrante pro indigenista, ahora su posición es otra. Un representante de los indígenas de tierras bajas lo acusó de traidor en su cara, en el programa de televisión No Mentirás, del día 17-08-11. A lo que Romeros respondió airado.

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Los indígenas no quieren hablar con ninguna otra persona que no sea el Presidente. Ellos saben que es Morales el que corta el queque. En un gobierno absolutista como este, el rey es el que manda. Y esto lo sabe chaves y su gente, por eso no quieren perder el tiempo con los cortesanos.

Qué triste que es esta marcha. Qué triste es ver el sacrificio físico y mental al que se exponen. Qué triste es ver niños y ancianos marchando en apoyo de su pueblo. Qué triste es ver a un pueblo, en pleno siglo XXI, marchando para que se le respete su forma de vida. Qué triste es ver la traición que Evo Morales, el dizque paladín de la defensa de los pueblos indígenas, les está haciendo.

Qué triste es reconocer que fueron utilizados como el rostro social del chavismo populista boliviano y hoy los tira como trapo viejo. Qué triste es ver las intenciones del dizque radical medioambientalista y defensor de su pachamama, hoy queriendo partir una de los parques nacionales más importantes de Bolivia. Qué triste es ver a evo Morales queriendo sacrificar medio millón de arboles en aras de un progreso al estilo del capitalismo salvaje que tanto critica.

El conflicto por el TIPNIS está en proceso. Seguiremos viendo esta tragedia desde nuestros televisores, como si fuera una mala novela. ¿Qué hará el malo en el próximo capítulo? ¿Sera que negociarán con el ególatra de la mirada penetrante? ¿Sera que la bella es capaz de hacer atacar a los marchistas en San Ignacio de Moxos? ¿Sera que las bestias cocaleras se quedarán quietas? ¿Sera que los buenos tendrán la firmeza que requiere el desafío? ¿En que terminarán las "tensiones creativas" del Robespierre criollo? ¿Sera que los espectadores seguemos mirando de palco? ¿Qué pensará el mundo de este brutal acto de agresión contra un pueblo indígena, en un país desquiciado por la Revolución "democrática" y Cultural?

Lo que no queda dudas es que el colonialismo interno del MAS seguirá adelante, no importándole atropellar a sus antiguos aliados. No importándoles quien caiga en el camino.

No importa que termine apoyándose solo en las Fuerzas Armadas y en los cocaleros del Chapare, como lo amerita toda buena dictadura. Con ellos basta, la fuerza y los recursos están con ellos. El pueblo ahora ya no es útil para la causa, solo fue bueno para llegar al gobierno, una vez en ejercicio del poder son un estorbo.