Cemento. Mexicanos abandonan Bolivia; Doria Medina y Chihuahua, en conflicto


El antiguo socio de Soboce vendió sus acciones al grupo peruano Consorcio Cementero del Sur.

image Chuquisaca. Una vista de la planta cementera de Fancesa.

La Prensa – 22/08/2011



Doria Medina y Chihuahua, en conflicto

Los mexicanos abandonan el país.

El grupo accionario dirigido por Samuel Doria Medina anunció anoche que recurrirá a un árbitro internacional para recuperar el paquete accionario que el mexicano Grupo de Cementos Chihuahua (GCC), su exsocio, vendió al Consorcio Cementero del Sur, de Perú.

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Un comunicado de la Compañía de Inversiones (CIMSA), entre cuyos ejecutivos se encuentra Samuel Doria Medina, da cuenta de que: “CIMSA buscará el cumplimiento debido del acuerdo de accionistas que celebró con sus socios mexicanos a través del arbitraje, como señala ese acuerdo de accionistas”.

La “culpa” es de fancesa. En septiembre del año pasado, el Gobierno revirtió el 33,34 por ciento de las acciones de la Fábrica Nacional de Cemento SA (Fancesa), de Chuquisaca que Doria Medina había adquirido en 1990. Un acuerdo celebrado entre el empresario cementero y la Universidad Mayor y Pontificia de San Francisco Xavier, de Sucre, dio lugar a que Doria Medina asumiera el control de la empresa chuquisaqueña.

Bajo esa forma de conducción, Fancesa multiplicó su producción y, por ende, sus ingresos.

En el ínterin, el Grupo Doria medina se asoció al GCC de México y el nuevo consorcio puedo ejercer un control prácticamente absoluto del mercado nacional.

Reclamo de chihuahua. Los empresarios mexicanos y Doria Medina exigieron desde septiembre del año pasado que el Estado boliviano les pagara más de 80 millones de dólares por el paquete accionario revertido. El Gobierno, once meses después, no ha desembolsado ni un solo dólar en favor de Doria Medina ni de los mexicanos.

GCC, según el documento, deja el país por esa razón, o sea, por falta de seguridad jurídica.

El convenio Doria Medina

Chihuahua estipulaba que en caso de disolución de la sociedad, la parte que resolvía el contrato debía vender sus acciones a su antiguo socio. CIMSA y Chihuahua negociaron varios meses la compraventa de las acciones sin resultados. Por ello, los mexicanos buscaron y encontraron un comprador en una cementera del sur peruano. Doria Medina rechaza esa transacción y anuncia que apelará a un arbitraje internacional para que los empresarios mexicanos le transfieran el paquete accionario que estaba en su poder para recuperar el control de su empresa.