¿Se les agotó el ingenio?

«Revelan» los horrores del pasado y el propio Evo acude a observar unas celdas subterráneas que ya fueron descubiertas en 1982.

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El presidente Evo Morales asistió el pasado martes al descubrimiento de osamentas, presumiblemente de humanos, en calabozos subterráneos del Ministerio de Gobierno de Bolivia, en La Paz. (Foto ABI).



La desesperación se hace cada día más evidente en el gobierno. Es que no encuentran la forma de eludir o por lo menos atenuar el impacto de los hechos de corrupción cometidos en YPFB y que tenían como principal protagonista (no el único) nada menos que al número dos del MAS, Santos Ramírez, además de otros casos que se van destapando en caminos, en la Caja Nacional de Salud, viviendas y un largo excétera.

El intento de mostrar a la agencia de inteligencia estadounidense (CIA) como la causante de todo el despelote en la empresa estatal del petróleo les salió pele. No lograron desviar la atención como querían y día que pasa, el barro está salpicando cada día más alto a la actual estructura gubernamental, al punto que el propio presidente Evo Morales está en la mira.

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Esta claro que Santos Ramírez no manejó el asunto él solo. Los hechos están demostrando que en este caso y en otros como los que están surgiendo en la Administradora Boliviana de Caminos, está comprometido todo el equipo gubernamental.

De otra forma no se explica que el Ministerio de Hacienda, a cargo de Luis Arce, quien fuera hombre de confianza de Javier Comboni, ministro de Hacienda durante el gobierno de Sánchez de Lozada, entregara un fideicomiso por 45 millones de dólares para la ejecución de un proyecto (la supuesta construcción de una planta separadora de líquidos), sin que exista un estudio medianamente serio, sino simplemente un perfil. 

Es que 45 millones de dólares no se entregan así por así. Se trata de una decisión que involucra a los más altos niveles gubernamentales, incluido el propio presidente. De otra forma podríamos concluir que en el actual gobierno todo el mundo maneja los recursos en forma absolutamente discrecional y puede disponer de semejantes sumas como le plazca sin que nadie se entere, cosa igualmente peligrosa.

Por donde se lo mire, el asuntillo tiene demasiadas aristas en las que más temprano que tarde acabarán ensartados los miembros de un gobierno que hizo bandera de la lucha contra la corrupción pero que ahora está sumido en el fango hasta el cogote.

De nada le está sirviendo las cortinas de humo que trata de tender. De nada sirve que traten de mostrar los horrores del pasado. Que el propio presidente acuda a observar unas celdas del Ministerio de Gobierno y que fueron utilizadas como centros de tortura durante las dictaduras, es otro intento fallido de desviar la atención.

En primer lugar no se trata de un descubrimiento nuevo. Esas celdas fueron descubiertas a los pocos días de hacerse cargo del gobierno la UDP , en octubre de 1982. Para constatar esto solo se debe revisar los periódicos de la época.

Que durante la dictadura de Hugo Banzer se cometieron múltiples violaciones y que las celdas del entonces Ministerio del Interior fueron el escenario de muchas de ellas, es innegable. Lo que es reprochable es que se pretenda instrumentalizar estos horrores.

Es reprochable también que el presidente, con la incontinencia que lo caracteriza, haya afirmado durante la visita a esas celdas que “tal vez” en ese recinto, los entonces dirigentes de la COB “negociaron con las dictaduras y los gobiernos neoliberales”.

Se trata de una inaudita falta de respeto hacia quienes realmente lucharon por recuperar la democracia de la que hoy se beneficia el propio Evo. Sería mucho pedirle que lea algo de historia del movimiento sindical boliviano pero podría pedir que se la cuenten.

De esta forma se enteraría que existieron dirigentes como Federico Escobar, Irineo Pimentel, Rosendo García que sufrieron la tortura, el exilio y que dieron su vida por sus ideales.

Se enteraría también que existen otros como Simón Reyes y Edgar “Huracán” Ramírez que no pudieron ser comprados por su gobierno a pesar de todos los esfuerzos que se hizo. Ellos jamás abordaron lujosas vagonetas último modelo y no andaban acompañados de matones como lo hacen ahora los Fidel Surco, los Isaac Avalos, los Patana y otros dirigentes que al parecer son más del gusto de Evo por cuanto su referente es el dinero y no los ideales.

Finalmente habría que aconsejar a los «estrategas» del gobierno, a quienes se les está agotando el ingenio, que la paren de tanto teatro que si bien algún medio amplifica sus puestas en escena, es solamente porque utilizan de primer actor no a Queso, su doble, que también resultó un gran pillo,  sino al mismísimo Evo.