El Informe Guedes


SACHA Y GUEDES Sorpresivamente blando resultó el informe de monitoreo sobre los cultivos de coca, presentado el día de hoy por el representante en Bolivia de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), César Guedes.

Según el documento, la expansión de los cocales habría sido de 0,3%, llegando a las 31.000 hectáreas, crecimiento liderado por el feudo presidencial del Chapare con un aumento del 4%.

Las cifras parecen demasiado conservadoras, para decir lo menos, ante la invasión cocalera que sufren áreas protegidas como la Reserva del Choré, el Parque Carrasco y el Parque Amboró, para no hablar de la liberalidad con que se dan los cultivos ilegales en el Trópico de Cochabamba.



¿La Oficina de la ONNUD en Bolivia se ha confiado demasiado en las cifras oficiales manejadas por el gobierno de Evo Morales?

Es posible. A lo que debe sumarse la curiosa demora que existió en divulgar este informe, cuando los resultados del monitoreo en Perú y Colombia fueron difundidos meses atrás.

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No queremos pensar que se trate de un documento maquillado, pero tampoco sería la primera vez que un funcionario deje mal paradas a las Naciones Unidas, por las presiones del gobierno anfitrión.

Recordemos también que, poco tiempo atrás, varios funcionarios de la ONU encargados precisamente del monitoreo de cultivos de coca perecieron en un accidente sucedido en Los Yungas.

¿Hay gato encerrado en el asunto?

Lo cierto es que, por más tibio que sea el informe, el crecimiento de la producción continental de coca-para-cocaína sigue siendo impulsado por Perú y Bolivia, mientras que Colombia exhibe una exitosa reducción del 15%, probablemente a consecuencia del combate a la narco-guerrilla de las FARC.

El documento también señala que en el país existen 19.000 hectáreas de cultivos ilegales. Y es que, por más funcionalidad que se busque, es muy difícil tapar el sol con un dedo…

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