De la cédula de identidad, viene a ser una especie de “el número mágico”, porque abre puertas, porque permite salir a comprar, a cobrar, a hacer varias actividades permitidas y, aun cuando son muchos los que lo aprovechan, bien usado es una “opción” inteligente para controlar el cumplimiento de la cuarentena.
El problema es que el recurso del “último dígito” no está lo suficientemente aprovechado y eso dificulta la eficiencia o eficacia del aislamiento, de manera que me voy a permitir decir lo que yo hubiera hecho en una situación como la que estamos viviendo:
1.- De su casa no sale nadie que no sea capaz de demostrar su “último dígito” a policías o militares que deben hacer doble anillo de control de números en mercados, supermercados, farmacias y Bancos (no hay dónde más vaya el ciudadano común; si es a clínicas privadas y hospitales públicos, el requisito no es necesario).
2.- Cuando se dice nadie, quiere decir que: vendedores y personal de apoyo de supermercados, vendedores de mercados, de farmacias, personal de Bancos, también debe tener el “último dígito” habilitado para poder trabajar; lo mismo los trabajadores de los “deliveris”; sin último dígito, no pueden salir. El personal de telefonía, los “call center”, los del servicio de internet, también debieran mostrar su último dígito.
¿Qué puede haber escasez de personal? Claro, la habrá y deberá tenerse paciencia o deberá organizarse mejor la logística de distribución de personal, pero de esa manera evitamos gente en la calle, aglomeración en los mercados, que la gente deambule, (como lo están haciendo) de un lado a otro; no permitiría que los dueños de un puesto en el mercado se “turnen” para atender el lugar, sino que siempre sea la misma persona la que lo haga, igual que la que vaya al super, y a la farmacia así se controla el movimiento de la gente en la calle; se reduce la posibilidad de la transmisión; el que salga, sabrá que tiene que tomar previsiones antes de entrar a casa.
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3.- No permitiría que funcionen los mercados callejeros, como los de “la Rotonda del Plan 3000”, los de “El Alto”, La cancha, porque no se puede tener controles de acceso en los mismos; si de mí dependiera, solo trabajarían los mercados que estén encerrados, con puertas de acceso donde se puede poner desinfectantes con pulverizadores para quien entre o salga.
4.- Si de mí dependiera, pusiera gente de la municipalidad, de la policía y/o militares en cada puerta de mercados, farmacias, Bancos y supermercados, con medidores de temperatura y con posibilidad de hacer encuestas de salud, con preguntas elaboradas por especialistas como: si se ha sentido bien en la semana, si se sintió mal, si no tuvo fiebre, si le duele la garganta… (las preguntas son lo de menos, los especialistas que hagan la lista saben más que yo).
Qué ganaría con la pregunta 4? Pues “salirle” a la enfermedad; en un hecho que por nuestras posibilidades, solo estamos esperándola cuando en algunos países en los que no les va tan mal (porcentualmente hablando) están haciendo exactamente lo que estoy sugiriendo, salen a “buscar enfermos o indicios de enfermedad”; convengamos que en el país, se está trabajando con acierto, no en contención, sino en la reacción y control del hecho luego de ocurrido, pero, las cifras de enfermos y fallecidos aumentan y, aun cuando todos nos pusimos nerviosos de ver que en Oruro hubo un caso y eso es tremendo porque allá todos estaban cumpliendo como se debía, seguramente se trabajará en ellos y Oruro sabrá reaccionar devolviéndonos la tranquilidad.
Claro, en estas sugerencias no entran los trabajadores de salud, los policías, los militares, los trabajadores de fábricas de alimentos, de comidas para enviar, los periodistas y otros que son imprescindibles para hacer que las ciudades sigan funcionando; gente de limpieza de la ciudad, recogedores de basura, servicios básicos, de electricidad, agua y algún otro cuya presencia en la calle se justifique.
Claro… para alegría de muchos, no depende de mí… pero, no podía dejar de decirlo… lo último: jamás se me hubiera ocurrido sacar a todos los Montereños a la calle… porque se van a quedar encerrados por 6 días; tampoco “los sacaría al 7 día para encerarlos al octavo; esperemos no lamentar semejante barbaridad .
Felices Pascuas… ojalá podamos decir como Alfonsín: LA CASA ESTÁ EN ORDEN