Narcos reciben a balazos y dinamitazos a policías de la Felcn en Charamoco

Felcn destruye tres fábricas de cocaína en Charamoco.

Se calcula que producían unos veinte kilos de cocaína diarios, pues la factoría más grande tenía capacidad de producción de hasta quince kilos al día.

imageFábrica de cocaína (foto archivo)



OPINION

Una factoría grande y dos fábricas móviles de droga fueron destruidas ayer en Charamoco, población capinoteña ubicada a 45 kilómetros de la ciudad de Cochabamba.

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El comandante de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn), Cnl. Ronald Zabala, informó que la factoría tenía motores, tomaderos de agua a una distancia de quinientos metros y mangueras de combustible, que es el disolvente principal de la coca. La magnitud de la factoría y la cantidad de precursores encontrados en el lugar hace presumir que fabricaban diez a quince kilos diarios de cocaína, en comparación con la producción de las pequeñas fábricas que elaboran dos o tres kilos por día.

La gran cantidad de coca procesada da a entender que la factoría llevaba tres a cuatro semanas de actividad en el lugar, pues inclusive tenía un toldo para cubrir a los productores de las inclemencias del tiempo. La cocaína está destinada principalmente a mercados de Chile y Brasil.

En lo que va de marzo, ya se destruyeron 16 fábricas de cocaína de diverso tamaño.

Disparos

La Felcn fue hostigada por los presuntos narcotraficantes, pues a la llegada los efectivos policiales fueron recibidos con disparos y estallidos de dinamita. De los seis sospechosos que estaban en el lugar, sólo se pudo aprehender a dos, uno de ellos con domicilio en Charamoco.

También se incautó una vagoneta con 140 gramos de cocaína, así como unos quince paquetes de coca. Esto hace presumir que la casa de uno de los aprehendidos era usada como depósito y de allí se trasladaban todos los elementos para la factoría. El otro aprehendido igualmente disparó contra los uniformados.

Traslado

Según Zabala, en el trópico hay un excesivo control social y de la Policía por lo que los narcotraficantes huyeron hacia las poblaciones cercanas a las ciudades, como Charamoco, por ejemplo. En Chapare a diario se desactivaba entre 30 a 40 fábricas de cocaína, pero esa acción disminuyó. Las poblaciones del valle no son patrulladas constantemente porque hay otras áreas consideradas “rojas”.

En Charamoco y otras zonas del valle cochabambino, los fabricantes de droga se ubican en quebradas próximas a carreteras para que exista la facilidad de poder trasladar el “taque” o paquete de coca, que pesa unos 25 kilos y que es de difícil transporte.

La factoría destruida, ayer, estaba a unos cien metros del camino y a 200 metros de otra factoría desmantelada a principios de semana, oportunidad en la que también hubo intercambio de disparos y hostigamiento a la fuerza policial.

El comandante Zabala aseguró que después de cada operación ya se piensa en el nuevo lugar de control, pues la Felcn recibe constantes llamadas y visitas de denunciantes sobre acciones sospechosas de narcotráfico.

Actualmente todos los productores de narcóticos utilizan el método colombiano consistente en coca molida y en polvo para acelerar la producción que demora sólo unas horas.

En las fábricas móviles siempre hay sustancias químicas como gasolina, cal, droga líquida, soda cáustica, cemento, urea y ante la imposibilidad de trasladar esos productos se los destruye en el lugar.

CONFLICTO DE PANTIPATA

El narcotráfico ocasiona graves conflictos sociales en Cochabamba. En las alturas de Vinto está pendiente de solución el reclamo de siete comunidades agrícolas contra la producción de droga en Pantipata.

Los comunarios de Charinco, Llave 1, Llave 2, Chaupisuyo y otros bloquearon, desde el 3 de marzo, los caminos de acceso a Pantipata y cavaron zanjas para que no pasen vehículos que llevan precursores. Exigen, además, la instalación de un retén de Policía para que se elimine la producción de cocaína y, sobre todo, se deje de contaminar las aguas que utilizan para su producción agrícola. Fuentes policiales descartaron la posibilidad de instalar un puesto policial en la zona, pero la solución al conflicto depende de la Subprefectura de Quillacollo y los dirigentes de las comunidades afectadas que sostuvieron ya algunas reuniones.