La realidad y sus lecturas


María Teresa Zegada

Maria_T_Zegada_C_thumb La realidad suele ser diversa y multidimensional, y se complejiza aún más con la subjetividad de los actores que la dinamizan y le otorgan sentido mediante sus acciones y también a través de interpretaciones y discursos.

Para Filemón Escóbar el principal problema del actual proceso está en que el MAS, desde que llegó al Gobierno, abandonó el principio básico que había dado lugar a la construcción del instrumento político en los 90, que fue el de la complementariedad y la reciprocidad que deviene de la cosmovisión andina, y lo sustituyó por la política de la confrontación, el antagonismo y la mentira; él aduce que dicha distorsión se debe a la incorporación al proyecto del MAS de personajes advenedizos que inducen al Gobierno y al Presidente a cometer reiterados errores políticos, ¡como si no aprendiéramos de la historia!, concluye.



Para el ex presidente Jaime Paz Zamora, en cambio, la Bolivia de hoy está en la “edad del burro”, está pasando por la adolescencia, y en consecuencia se trata de una situación transitoria, por lo que sostiene que hay que enfocarse en el “post evismo”; esta afirmación tiende a minimizar el actual momento político caracterizado por el mismo como una “época de cambios”, cíclica y pasajera, distinta al denominado “cambio de época”, que habría acontecido con la reconquista de la democracia. En una línea crítica parecida, Carlos Mesa considera que la democracia atraviesa por un periodo de anomia social con el mito de “la democracia de las calles”, amenazando al verdadero orden democrático.

Juan del Granado, por otra parte, sugiere no confundir el proceso de cambio con quienes lo conducen, y con ese argumento reconstruye el último tramo del recorrido del Movimiento sin Miedo, que pasó de un apoyo explícito y comprometido al MAS, a un apoyo condicionado con la idea de “consolidar los aciertos-corregir los errores”, para luego romper la alianza y arremeter con un discurso crítico sobre la errada conducción política del Gobierno basada en el sectarismo y el autoritarismo y sobre una gestión signada por la improvisación, la ineficiencia y la ausencia de visión estratégica.

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Para completar este recorrido discursivo, el presidente Evo Morales, refiriéndose al proceso de cambios destaca la necesidad apremiante de acompañar la revolución democrática con un cambio en la mentalidad de los bolivianos: “si queremos cambiar Bolivia, pues tenemos que cambiar nosotros” señala, en una reflexión muy pertinente para estos días, dada la clara reproducción de prácticas políticas provenientes de la vieja política autoritaria perpetradas recientemente en la marcha indígena.

Ante las expectativas frustradas, avances y retrocesos de la sociedad boliviana, Gustavo Fernández nos recuerda las fallas estructurales con las que nacimos como república: estructuras institucionales débiles, autoritarismo, exclusión social, desarticulación territorial, concentración y traslado de excedentes, escasa visión nacional, entre otras. Esta mezcla casi arbitraria de personajes políticos, entre muchos otros, son los protagonistas del libro La Bolivia que se va, la Bolivia que se viene, estructurado con mucha habilidad por Gonzalo Lema, y que muestra las contradicciones y tensiones del debate político, e invita al gran desafío de reconocernos como parte de un todo.

Página Siete – La Paz