Los indígenas quieren gobernar pueblos de Argentina

La Marcha Nacional Indígena, a su llegada a Buenos Aires, el día de la conmemoración del bicentenario de la Independencia reivindicando el respeto a los pueblos indígenas / AFP

Los pueblos indígenas de Argentina representan alrededor del 1% de la población de este país que recibió a tantos inmigrantes europeos entre finales del siglo XIX y principios del XX.

Sin embargo, en algunas poblaciones los llamados pueblos originarios son mayoría. Pese a ello, hasta este año sólo un municipio argentino tenía como alcalde a un indígena. En septiembre pasado fue elegido un segundo intendente (como se lo denomina en Argentina) de las etnias nativas y en las elecciones generales del próximo 23 de octubre puede llegar a sumarse un tercero.

En provincias con mayor población indígena como Jujuy (noroeste de Argentina), vecina de la Bolivia de Evo Morales, los indicadores de pobreza entre los pueblos originarios son mayores a los del resto de la población (33%, frente a 25%, de acuerdo con los cuestionados índices del Instituto Nacional de Estadística, que sólo relevan la mitad de los pobres, según la Central de Trabajadores de Argentina). En una de las ciudades más turísticas de Jujuy, Tilcara, en la quebrada de Humahuaca (considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco), gobierna desde hace 16 años el diaguita Félix Pérez, que busca el 23 de octubre una nueva reelección. Pérez fue el primer alcalde indígena de Argentina y dice que se retirará dentro de cuatro años para comenzar a escribir en libros su experiencia.



Pérez, afiliado a la Unión Cívica Radical, ha rebautizado la ciudad como Municipio Indígena de Tilcara. En sus años de gobierno ha fomentado el turismo y ha combatido la minería por su posible impacto medioambiental. Este enfrentamiento con las minerías le valió peleas con el gobierno provincial de Jujuy, tradicionalmente en manos del Partido Justicialista (PJ, peronista). También Pérez ha cosechado rivales entre los indígenas, como los kollas que denunciaron hace dos años la presunta invasión de sus tierras por parte de personeros del alcalde.

En septiembre pasado, la provincia de Chaco (noreste de Argentina) eligió su primer alcalde indígena. Se llama Ricardo Sandoval y logró la victoria en El Espinillo de la mano del peronismo, la misma fuerza que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. En Chaco no hay conflictos con la minería, que es uno de los temas que más preocupan a las comunidades indígenas, pero existen conflictos con los terratenientes que compran sus tierras para plantar soja transgénica y desconocen que pueblos originarios las habitan desde tiempos ancestrales.

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Los indígenas también se enfrentan con petroleras, como sucede en la Patagonia entre mapuches y Repsol YPF. Desde 2006 rige una ley nacional para evitar los desalojos contra indígenas, pero no siempre los jueces locales la aplican con diligencia.

Lucha por los derechos sobre las tierras

“Es la primera vez que la comunidad indígena va a tener un intendente de su misma raza, de su mismo color y un líder en este territorio”, destacó el toba qom Sandoval tras ser elegido. “Vinieron los grandes y jóvenes a pie o como fuera, y estuvieron presentes para dar su voto”, añadió el futuro alcalde, en cuyo municipio los indígenas tienen asegurado por ley provincial un porcentaje de cargos similar al de su participación en la población total.

Al mismo tiempo que Fernández busca la reelección como presidenta de Argentina, en el municipio de Humahuaca se presentará un candidato a alcalde por un partido puramente autóctono, el Movimiento de Participación Comunitaria Indígena. Sixto Quispe apoya a una candidata kirchnerista a gobernadora de Jujuy, pero en su lucha municipal buscó diferencias de peronistas y radicales porque recuerda que ambos nunca cumplieron en el pasado con sus compromisos con los indígenas: «Nuestra lucha es por la devolución de las tierras a sus verdaderos dueños, las comunidades originarias. Un derecho que nos corresponde por ley, pero no se cumple”.

No sólo la ley sino la nueva Constitución argentina de 1995 reconoció los derechos de los indígenas a sus tierras ancestrales. Ese reconocimiento y el avance de actividades económicas extractivas han llevado a un resurgimiento del indigenismo en ciertas zonas de Argentina, en sintonía con la llegada de Evo Morales al poder en Bolivia.

Fuente: www.elpais.com

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